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Liga Adelante | Cádiz 2 - Betis 2

Agónico Cádiz, inocente Betis

El indultado Ogbeche empató en el 91'. Rodri y Pavone le habían dado la vuelta al gol de López Silva. Ambiente de Primera en el Ramón de Carranza.

<b>UN PARTIDO INTENSO. </b>Nelson y Enrique se enfrentaron en más de una ocasión durante el encuentro de ayer.
UN PARTIDO INTENSO. Nelson y Enrique se enfrentaron en más de una ocasión durante el encuentro de ayer.

No hacía falta ver el excepcional ambiente que se vivió ayer en el Ramón de Carranza para llegar a la conclusión de que con aficiones así es increíble que este Cádiz-Betis no se juegue en Primera y sí en el infierno de Segunda. Hoy, tras comprobar una vez más que estos equipos nunca caminarán solos, como dicen por Liverpool, y que da igual la categoría en la que estén, queda de manifiesto que los colores amarillo y azul y verdiblanco deberían formar parte de la élite, ahí donde puedes fotografiarte con tus verdaderos ídolos y donde se ve fútbol del bueno. Aunque sólo sea en algunos casos.

Porque en esta Segunda la calidad se palpa a cuentagotas y no importa que te califiquen como el Real Madrid de la categoría. En otros casos, un calificativo así se convertiría en un halago, pero para este Betis, al que atribuyen esta sentencia, y sin tener nada de merengue, es más bien todo lo contrario. Ayer, en un Carranza a reventar, y ante un Cádiz muy ilusionado que nunca se dio por muerto, el equipo de Antonio Tapia pecó de tres premisas que no entran en la palabra ascenso (incapacidad, especulación e inexperencia), lo que le privó de salir victorioso de un derbi que olía a amarillo y que cambió de rumbo cuando aparecieron esas pequeñas gotas de calidad que sí hay en la plantilla verdiblanca. Por muy pocas que sean.

Y es que el derbi de ayer, emocionante más que nada por lo ajustado del resultado, con ese gol de Ogbeche en el descuento, fruto de la heroica cadista y de la falta de aplomo verdiblanca, dejó en evidencia las carencias del Betis, sobre todo en la primera mitad, y que este Cádiz está dispuesto a dar mucha guerra. En ese periodo, el equipo de Javi Gracia, envalentonado con un Tristán recuperado para la causa (parece que ahora sí), borró del mapa a un rival previsible, blando y sin chispa. El balón siempre era amarillo y Casilla parecía un espectador más, lo que quedó demostrado en el marcador. En Heliópolis habrá quejas, y con razón, de que en el gol de López Silva, que mandó a paseo a Carlos García en medio metro, hubo falta del delantero algabeño a Arzu (se ve en otra parte de la imagen), pero es más lamentable aún que este Betis, ese que aspira a todo lo bueno que se puede aspirar en Segunda, deambule por el campo.

Críticas.

Decía el gran bético Curro Romero durante la pasada semana que la mejor forma de que Lopera abandone el Betis es no asistiendo al estadio que lleva su nombre. Vista la primera parte de los verdiblancos ayer en el Carranza, parece que los aficionados del Betis harán caso al 'Faraón de Camas', pero esta vez para no ver a su equipo. En la Tacita, en cambio, el empate deja una sensación rara, porque vieron el triunfo y luego se tornó en imposible, hasta que Ogbeche asomó su cabeza en el minuto 91 para llevar la alegría a la grada. Parecía que al nigeriano le empujaba todo el cadismo, como si ese gol valiera una permanencia.

Seguro que hoy la firmaría mucha gente con corazón amarillo y azul, pero en Cádiz hay hambre de buen fútbol. Hasta ahora están contentos. Gracia, también, aunque le molestó el bajón de su equipo en la segunda mitad, cuando el Betis, tampoco en su mejor versión (o eso esperan en Heliópolis), remontó el encuentro gracias al talento de sus futbolistas. Primero Rodri, que hace olvidar al defenestrado Emaná, y luego Pavone, otra vez el argentino, cambiaron el rumbo del partido casi sin quererlo. Pero aún no estaba sentenciado, aunque lo pareciera si este Betis fuera contundente y no gritara tan fuerte que tiene muchas lagunas defensivas.

Carranza explotó en el descuento y demostró que su equipo nunca estará solo. A la permanencia no se llega por un camino fácil, pero hay mimbres para alcanzarla antes de lo previsto. En La Palmera se mira mucho más alto, lo que de verdad necesita su afición, tan de Primera como la del Cádiz. Ayer, ambas merecieron ganar, aunque sólo fuese por su gran apoyo.