cádiz-betis hablan los entrenadores
Derbi de Primera en Carranza
Ogbeche reta a la dupla Pavone-Sergio García. Habrá lleno en un día especial
Si echamos un vistazo a algunos campos de Primera División podremos comprobar la poca expectación que generan varios equipos y sus compromisos semanales en la Liga. Casi da hasta vergüenza ajena ver miles de localidades vacías, incluso poca insistencia en el ánimo desde la grada. Una sensación que nos lleva a la siguiente reflexión: cómo diablos Betis y Cádiz están alejados de la élite, metidos en un infierno, a cuya salida, por la puerta buena, la única válida, sólo se llega con la convicción, el sufrimiento y muchas gotas de calidad. La respuesta está clara, a pesar de que tengan dos de las mejores aficiones de España y Europa incluso.
En el caso del Cádiz, cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. La Tacita de Plata vivió una época dorada, aquella en la que el Submarino se salvaba siempre en la máxima categoría del fútbol español, casi sin tiempo y sin explicación razonable. Pero se salvaba. Era el llamado Cádiz de los milagros. La afición disfrutaba al máximo y nunca dejaba de animar. Ahora tampoco, aunque sean tiempos distintos. En el Ramón de Carranza se vive con relativa tranquilidad, quizás influenciado por una experiencia desagradable, esa que le tuvo desaparecido en combate por el temible descenso al sótano del infierno, la Segunda División B, en varias etapas de su historia. Lo que prima en estos momentos es el club, saneado ante todo, y en Segunda. Pero sólo por un tiempo, porque cuando la afición del Cádiz se envalentone aún más será difícil pararlos para hacer realidad el sueño de regresar a Primera.
Enfrente tendrá hoy un rival, cuanto menos, extraño. Y es que cuando se dice que el Betis no es un equipo cualquiera suele haber una base sólida, más que el cemento, que lo demuestra. Digamos que esta sentencia no es fruto de la casualidad. Ahí están los datos: se suspende uno de sus partidos por gripe A, tiene un futbolista internacional (Emaná) que no juega y que va a contracorriente, o incluso es capaz de arrastrar a una marabunta de gente sea la categoría en la milite el equipo. Como esta tarde en el estadio del Submarino Amarillo. Unos 5.000 béticos llenarán el Ramón de Carranza, porque saben que sin ellos el Betis no es tan grande y que cuando llegue el momento de la gloria, si es que llega, serán los primeros en agradecerlo, paladearlo y disfrutarlo al máximo.
Hoy, en el partido después a la gripe A, el Betis tiene la posibilidad de auparse a la zona alta, de donde no debería bajar jamás, por calidad, historia y afición. Sus rivales por el ascenso ya no son tan fieros como en el arranque de la Liga, porque también se van dejando puntos por el camino. Tapia, tranquilo donde los haya, tiene clarísma la forma de lograr el ascenso y nadie le variará sus esquemas. De momento, repetirá el mismo once que salió triunfador de Girona. No estará Emaná, que se queda en Sevilla. Y esta semana ni está lesionado ni tiene que acudir a una convocatoria con Camerún.
Reacción.
En Cádiz los problemas llegan en forma de resultados. El inicio de la competición ha sido irregular y la derrota en Castellón, donde también cayó el Betis, ha escocido mucho. Javi Gracia, buen estratega, ha preparado el choque a conciencia, sabedor de que el último desastre debe arreglarse a la mayor brevedad posible. Por el bien de muchos, incluso el suyo propio. Pero en Carranza es distinto. La afición aprieta y lleva en volandas a su equipo. El Betis, que se sabe de memoria esa receta, no tiene miedo. Ogbeche, repescado por el Comité de Apelación, jugará arriba. Diego Tristán esperará en el banquillo. Sí estarán Sergio García y Pavone. Será un derbi de Primera, como en aquellos buenos tiempos...
Emaná se quedó fuera de la lista... y no está lesionado
La ausencia de Emaná es la noticia más sorprende en la expedición verdiblanca. Antonio Tapia comentó que se debía sólo y exclusivamente a razones técnicas. El camerunés, muy dado a hablar de forma crítica en medios extranjeros, tampoco estará ante el Celta por ir convocado con Camerún.