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Europa League | Nacional 1 - Athletic 1

Toma y daca con final feliz

El Nacional se adelantó de penalti. Briosa reacción que permitió a Etxebe empatar de igual modo. Los porteros evitaron más goles. Llorente, lesionado

Jose L. Artetxe
<b>AHÍ ESTUVO EL PASE. </b>Bracali hizo buenas intervenciones y al detener este cabezazo de De Marcos evitó la victoria que habría metido al Athletic en dieciseisavos.
AHÍ ESTUVO EL PASE. Bracali hizo buenas intervenciones y al detener este cabezazo de De Marcos evitó la victoria que habría metido al Athletic en dieciseisavos.

Bien mirado, los achaques del Madrid comenzaron con el estacazo de Diawara a Cristiano, aquella noche que empieza a quedar lejana. Hasta entonces el Madrid no gustaba del todo, porque no había alcanzado la fluidez, pero Cristiano llenaba cada partido con su presencia y con sus goles. Nueve había metido cuando fue a la enfermería. Después vinieron las tres derrotas y se incrementaron las dudas. Muestra de que si por un jugador se llega a pagar 96 millones es por algo. Y muestra también de que cuando se tiene un jugador así se le debe cuidar. El Madrid lo sabe y quiere hacerlo, pero no sé si podrá.

Porque el clubcomparte el dominio sobre el jugador con la selección de Portugal, que para desdicha de todos no pudo meterse en el Mundial a la primera, sino que tiene ahora una repesca (a partido de ida y vuelta) con Bosnia. El próximo sábado y al otro miércoles. No son dos partidos cualesquiera, sino los que van a definir si Portugal juega o no este verano el Mundial. El seleccionador, Queiroz, pasó por el Madrid, de donde no se llevó el mejor recuerdo. De hecho, el verano de 2008 hizo declaraciones torpes contra el posible fichaje del crack por el Madrid. No sé si se puede esperar consideración por su parte.

Y el caso es que convendría, por el bien de todos. La precipitación de la vez anterior ha traído este retraso. Claro, que entonces tuvo algo de culpa el Madrid, por un mal diagnóstico y por crear la expectativa de que pudiera jugar contra el Sevilla, una semana antes del partido de Portugal. Ahora no es así. Ahora el Madrid prefiere fiarlo largo y piensa en el Camp Nou, partido que se jugará cuando se cumplan los dos meses de la lesión. Pero tendrá que hacer una fina política con Queiroz para que éste renuncie. Porque el que en ningún caso podrá negarse es el jugador. A él no le queda margen si le llaman.

Misión cumplida en Madeira. El Athletic amarró un empate que resuelve su continuidad en Europa. Según las matemáticas le faltaría un punto para certificar su acceso a la siguiente fase. En una noche muy movida, hasta demasiado para sus intereses, pues se asistió a un final de encuentro de locura, supo rehacerse y neutralizar la ventaja que adquirió el Nacional.

El resultado y la capacidad de reacción, aderezada con un fútbol ágil e incisivo, llevando la pelota a ras de césped, tuvieron su contrapunto en la lesión sufrida por Fernando Llorente, cuyo alcance está por concretar, si bien genera una lógica preocupación dado su peso en el equipo.

Quizás fuera por la ausencia de su referencia habitual que el Athletic optó por tirar de otros recursos y la verdad es que le cundió la apuesta por la movilidad y la combinación. Desarboló al Nacional, equilibró el marcador y tuvo dos opciones flagrantes para lograr el triunfo. No fue así y con el partido expirando, Iraizoz echó el candado para que el millar de seguidores desplazados a Funchal celebrase un premio bien ganado, a pulso.

Machado puso en liza un once más valiente que el que diseñó para San Mamés. Colocó un hombre menos en una línea de centrocampistas con dos elementos ofensivos, Pecnik y Ruben Micael, y un punta más, Mateus, para acompañar al corpulento ariete Edgar.

Buscaba el técnico luso la iniciativa, tener el balón a fin de que el Athletic reculase, pero no se salió con la suya. El Athletic, fiel a su esquema habitual, hizo valer la laboriosidad de Gurpegi y Javi Martínez en la franja central, y esta pareja contó además con la colaboración de David López y Gabilondo, quienes no tuvieron empacho para centrarse y dificultar el juego combinativo del rival.

Esta disposición del equipo que ayer lució la equipación completamente negra, no evitó un par de sustos, jugadas aisladas dentro una tónica bastante cómoda. La primera nació de un choque fortuito que dejó KO a Ustaritz, Mateus aprovechó la circunstancia y enfiló la línea de fondo, desde donde sirvió raso el pase de la muerte que acertó a interceptar Iraizoz a pies de Edgar. Diez minutos después, Pinto sirvió sobre la carrera de Ruben Micael, quien cruzó en exceso tras magnífico control.

No asomó mucho más el Nacional en ataque. Tampoco el Athletic se prodigó arriba, si bien sus dos llegadas tuvieron más peligro. Castillo, desde fuera del área, obligó a Bracali a estirarse para enviar a córner. En la siguiente jugada, Llorente, a pase de Gurpegi, disfrutó de la ocasión más clara. Se quedó solo ante Bracali, pero quiso apurar tanto que el remate tropezó en el palo derecho.

En esa acción, que pudo y debió haber determinado el signo del choque, parece ser que el delantero se hizo daño. Se echó la mano a la parte interna de uno de sus muslos, enseguida fue consciente de que se había hecho alguna avería y solicitó el cambio.

La inquietante noticia pareció afectar al Athletic, que en adelante ya no metería más miedo al Nacional y se conformó con ponerse a cubierto y dejar que los minutos transcurriesen hasta el descanso.

Descontento con lo visto, Machado le dio una vuelta a su formación y eligió una fórmula táctica distinta, más parecida a la que se vio en Bilbao, en pos de un triunfo que necesitaba como el comer. Sus hombres parecieron más sueltos, mientras el Athletic se afanaba por no perder el orden y encima se permitía montar una contra que Bracali frustró con una gran intervención.

Correcalles. El lance nació en De Marcos, quien sirvió a David López, éste hizo la pared con Etxeberria y pudo rematar en ventaja dentro del área. Poco después esta pareja lo volvió a intentar, con menor precisión.

Fue una fase en la que el Athletic acertó a mover la pelota con sentido y ello animó a Caparrós a meter a Díaz de Cerio. Sin embargo, la mejorada disposición quedó súbitamente interrumpida cuando Pecnik rompió el fuera de juego y forzó la salida de Iraizoz, que le arrolló.

El penalti lo señaló el juez de gol, pues el árbitro principal no las tuvo todas consigo. Edgar engañó a Iraizoz, pero hubo de repetir el lanzamiento y entonces el portero estuvo en un tris de detenerlo.

Con ventaja, el Nacional forzó la máquina y Edgar contó con un par de balones en el área, aunque el Athletic se decidió a ganar metros y volvió a tener el balón. Con más razón cuando Nuno Pinto se ganó la segunda amarilla.

Fruto de la decisión y el afán por ligar pases, el Athletic se cobró la compensación al gol encajado. Díaz de Cerio provocó el penalti de Halliche y Etxeberria asumió la responsabilidad con éxito.

Le sentó fatal el empate al Nacional y de no ser por Bracali, formidable ante De Cerio y De Marcos, la remontada se hubiese consumado. En el tiempo añadido los lusos echaron el resto y ahí pecó de inocente el Athletic al conceder hasta tres remates, uno de Pecnik en un mano a mano con Iraizoz que éste repelió con un hombro. Era un gol cantado, pero ya no se movieron las cosas. Punto de oro.

El Werder ya tiene el billete a dieciseisavos

El Werder Bremen, que no pudo contar con su goleador Claudio Pizarro, sufrió mas de la cuenta para sellar su pase a los dieciseisavos de final. El conjunto alemán se impuso al Austria de Viena, próximo rival del Athletic, con dos goles en el último tramo del choque, Primero marcó Borowski (minuto 81) y tres minutos después fue el turno de Hugo Almeida. El Austria arriesgó al sacar como portero titular a Safar, que arrastraba una fuerte contusión en el cuádriceps, y el guardameta sólo pudo aguantar cuarenta y cinco minutos. Le tuvieron que cambiar en el descanso.