Rubin Kazán - Barcelona | La intrahistoria
El Rubin es un equipo con muchas manías
El Rubin Kazán es un equipo con manías. No es el único, que en todas partes cuecen habas, pero las tiene. Una, que en el trayecto del hotel al estadio, los días de partido, nadie puede abrir la boca. El silencio es absoluto. Teléfonos móviles, auriculares, al bolsillo. El que mete ruido es multado. Máxima concentración. Otra: el autocar tiene prohibido entrar marcha atrás en los estadios, lo que ha creado algún jaleillo que otro. Una más: el rosario del entrenador, Kurban Berdyev, es el jugador número 12 del equipo. Su imagen en la recta final del partido del Camp Nou, entrelazado en su mano derecha y sus labios en oración continua pidiendo el final del partido fueron la nota anecdótica de la noche.En Kazán conviven ortodoxos e islamistas, la religión de Berdyev, que no deja de invocar a Alá en las grandes ocasiones. Y más cuando gana: el "Alá es grande" o "Gracias a Alá" no faltan en sus reflexiones post partido. En el Camp Nou no lució su clásica gorra de béisbol, veremos si hoy la luce u opta por un gorro bien forrado. Tácticamente no decepciona: es un admirador del fútbol italiano y de la disciplina de gente como Fabio Capello. Es el gran líder del Rubin, equipo que creció al compás de la ciudad, la tercera del país tras Moscú y San Petersburgo. Hoy puede dar un paso de gigante hacia los octavos de la Champions y en su Liga está a tres jornadas de rivalidar el título. Vamos, que sus manías funcionan...