El Valencia sufre, pero va a la caza del Barcelona

El Valencia, con agonía y sufrimiento, se llevó los tres puntos de La Rosaleda. Es su cuarta victoria fuera de Mestalla. Y son cuatro, igualmente, las derrotas del Málaga ante su público. Y se despeña en la cola de la clasificación, aunque ayer dio una buena imagen ante un Valencia ofensivo, valiente, perfectamente trabajado por Emery y que va con descaro a la caza de Barça, Madrid y Sevilla. De momento está en ese puesto de Champions que, tal y como está la vida, no tiene precio. La jugada clave se produjo en el minuto 68. Pablo Hernández centró desde la banda derecha. Munúa, que estaba siendo el mejor de su equipo (y que aguantó como un pedazo de profesional con un terrible dolor en el costado) midió mal su salto y no llegó a despejar el balón. David Navarro (mucho mejor jugador desde que regresó del Mallorca), atento a la jugada cabeceó a la red.

El guaje.

El primero en felicitarle fue Villa, quien anoche estuvo sin pólvora, pero tan honrado y currante como siempre.

No se trata de decir que el Valencia se encontrase con un botín excesivo para sus méritos, pero ese gol fue demasiado castigo para el Málaga de Muñiz, que afrontó este reto con cambio en su esquema de juego, muy similar al de Toshack o al de Arsenio Iglesias en su etapa con el Superdepor. Tres centrales y dos carrileros con más libertad para subir por su banda, lo que no fue óbice para que cuatro 'bajitos maravillosos', Villa, Mata, Silva y Pablo creasen innumerables ocasiones de gol. La primera del asturiano, al minuto de juego. Estrelló el cuero en el poste.

A la madera se fue también un trallazo del nigeriano Obinna (ojo con este jugador que va a dar mucho que hablar en el futuro). Precisamente Obinna a falta de diez minutos tuvo el empate en sus botas, pero César (el gran César) salvó con una agilidad impropia de sus increíbles 38 años. Ya son 358 partidos en Primera División y 360 minutos sin encajar un gol en esta Liga. Ha dejado en el banquillo a Moyá, que costó cinco millones de euros. El Valencia continúa en órbita y el Málaga, sin merecerlo, está en la UVI. Pero saldrá. Este equipo tiene vida.