Narcís Julià trae ilusión en su estreno

Narcís Julià se estrena como técnico en Salamanca con el reto de practicar poco menos que un exorcismo a su Girona. Ha heredado un equipo en zona de descenso pero pronto se ha dado cuenta de que la falta de puntos no es su problema principal. La apuesta inicial por el buen fútbol, lejos de cuajar, había degenerado en un equipo ramplón, sin cambio de ritmo, con graves problemas de autoestima y liderazgo que, además, era una ganga.

Con el nuevo técnico vuelve un sistema, el 4-4-2, que el año pasado fue santo y seña del equipo catalán. Es una incógnita saber hasta qué punto los jugadores habrán asimilado los conceptos, pero casi tan importante será ver con que grado de efectividad aplican la táctica como cuál es su respuesta mental ante las dificultades que, sin duda, le planteará un rival que, por el contrario, avanza hasta ahora con todo el velamen desplegado y se encuentra antes la oportunidad de arrimarse definitivamente arriba.