Joaquín calma El Collao

Copa del Rey | Alcoyano 0 - Valencia 1

Joaquín calma El Collao

Joaquín calma El Collao

alberto iranzo / david gonzález

El Valencia hizo los deberes y el Alcoyano plantó cara

Unai Emery le leyó la cartilla a los suyos, por si alguno no se había enterado del 'Alcorconazo' del día anterior, y el Valencia salió muy metido al duelo de El Collao, lo que suponía anular las opciones de un Alcoyano que se agarraba a una posible baja intensidad ché para darle un susto. Pero a igual concentración, la calidad blanquinegra tenía que imponerse y así fue. Bastó un zarpazo, una mini obra de arte de Joaquín, para aplacar el ambiente del feudo alicantino y encarrilar la eliminatoria. Después, faena de aliño ché, arremangarse en la pelea de trincheras, no confiarse nunca e intentar castigar a la contra. Con eso, que no es poco, les bastó.

Eso sí, los de Paco López aguantaron el tirón y eso tiene mérito, porque jugarle de tú a tú al Valencia durante 80 minutos y contabilizar las mismas o más llegadas que los visitantes no lo consigue cualquiera. Buenas ideas, orden, balón al piso, director de orquesta, aprovechamiento de las bandas, jugadas ensayadas... el Alcoyano destila nivel y se nota la mano de un buen entrenador. La grada se fue satisfecha por el partido de los suyos, que lo volverán a intentar en Mestalla, aunque lo tienen casi imposible. Pero sólo casi.

Todo pudo cambiar de inicio, cuando Pau Franch pisó área por primera vez con peligro y la leyenda negra copera planeó durante unos segundos por el imaginario ché. Pero el ariete no pudo con Dealbert y la historia copera cambió porque a los pocos minutos Joaquín sí aprovechaba la primera llegada blanquinegra para adelantar al Valencia y calmar el ímpetu de los locales, a los que se les extirpó así la idea de ser un nuevo Alcorcón.

El encuentro empezó de nuevo, pero ya con ventaja visitante, y los alicantinos fueron al frente, aunque con dificultad y sin gozar de ocasiones claras, pero pugnando por tener el balón y mostrando su orden y buenas ideas habituales. Plantaron cara en el resto del primer acto, tanto en la brega como en lo futbolístico y, por ejemplo, lograron que el ataque valencianista no volviera a inquietar a Maestro salvo por la altura de Zigic.

Dicho sea de paso, el serbio no aprovechó la ocasión, tampoco Miku, Jordi Alba o Míchel. Nadie lució en las filas visitantes, de las que se esperaba más, al menos chispazos de clase o acciones aisladas que castigaran al Alcoyano. No las hubo y por eso fueron los locales los que bien liderados por Alcolea apretaron a Moyá, que otra vez dejó peligrosos balones sueltos en su área pequeña, aunque logró salir a cero de El Collao. Los minutos pasaban y lo que se imponía era la sobriedad valencianista, personificada en Ángel Dealbert, que lideró su zaga y dejó en nada los intentos de Adriá, Ufarte o Curto. Zigic también la tuvo al final, pero hubiera sido injusto un castigo mayor.