El nuevo campo pone en alerta a los socios

Fernando García Macua se enfrentó ayer a una nueva reválida con los socios compromisarios del Athletic. En esta ocasión, las cuentas del ejercicio anterior y el presupuesto no tuvieron tanta influencia en el desarrollo de una Asamblea que estuvo marcada por la construcción del nuevo San Mamés. El club rojiblanco, la Diputación Foral de Bizkaia, la Bilbao Bizkaia Kutxa y el Ayuntamiento de la ciudad han firmado un compromiso para crear San Mamés Barria, una sociedad limitada encargada de poner en marcha la construcción del estadio. En el concepto fundacional de esa sociedad se incluye que la gestión del estadio será patrimonio del Athletic, pero el Gobierno Vasco, que también ha sido invitado a participar en la sociedad con una aportación total de 55 millones de euros, se resiste a dejar el uso limitado a los partidos de fútbol. Quiere suelo y dependencias para "uso público".

Las condiciones del Gobierno Vasco no han caído bien en buena parte de los compromisarios, que obligaron al presidente a realizar una votación para dejar constancia que la Asamblea de Socios considera indispensable que el ejecutivo de Patxi López se pliegue al concepto fundacional de San Mamés Barria, sin exigir nada a cambio. El presidente fue categórico en sus manifestaciones: "Las condiciones de su incorporación, habrán de ser aceptadas por el Athletic y el resto de socios de San Mamés Barria. En caso de que por distintas circunstancias pudiera parecer conveniente en algún momento modificar en algún aspecto concreto esos acuerdos, el compromiso irrenunciable de la junta directiva es traer la referida modificación a deliberación y decisión de esta Asamblea. Fuera de esos parámetros la junta directiva no va a hacer nada ni asumir ningún compromiso".

El dirigente rojiblanco, que aguantó ante sus socios durante varias horas, también tuvo que escuchar críticas por el reparto de entradas de la pasada final de Copa. Es algo que el socio no ha olvidado.