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Copa del Rey | Marbella 0 - Atlético 2

El Atlético cumple el trámite sin lucidez

Los colchoneros ganaron de forma merecida, pero evidenciaron que Quique tiene mucho trabajo por delante. Troyano, en propia puerta y Maxi Rodríguez en el tramo final del choque fueron los autores de los goles.

ABEL ROMERA
<b>FALTA DE CONFIANZA.</b> El Atlético ganó en Marbella, pero evidenció que Abel tiene mucho trabajo por delante.
FALTA DE CONFIANZA. El Atlético ganó en Marbella, pero evidenció que Abel tiene mucho trabajo por delante.Mariano Pozo

El Atlético de Madrid ganó de forma merecida en su debut en la Copa del Rey. El conjunto colchonero, como era de esperar, dominó el encuentro de principio a fin ante un equipo de Segunda B. Fue lógico su dominio, fue lógica su victoria, pero no fue lógica la alarmante falta de ambición de la que hizo gala el conjunto rojiblanco tras situarse por delante en el marcador con un gol en propia puerta de Troyano en la primera mitad. Tras adelantarse, el equipo madrileño, que sentenció la eliminatoria en la recta final por medio de Maxi, entró en una actitud de complacencia que aliñó con jugadas que evidenciaron la falta de confianza que atraviesa el equipo. Quique, nuevo técnico colchonero, tiene mucho trabajo por delante.

Una victoria contundente en el debut en Copa del Rey se antojaba imprescindible para el Atlético de Madrid a tenor de los nefastos registros logrados en la Liga y en la Champions. Ante él, el Marbella, sumido en puestos de descenso del grupo IV de Segunda B. La entidad del rival convertía el choque en un 'respiro' para los colchoneros antes de visitar San Mamés y recibir al Chelsea y al Real Madrid en el cada vez más convulso Vicente Calderón. Quique dejó fuera de su primera lista por decisión técnica a Forlán, Perea, Camacho y Valera. Además, Agüero comenzó desde el banquillo. Así, el primer once del madrileño como entrenador rojiblanco fue el formado por Asenjo, Ujfalusi, Pablo, Juanito, Antonio López, Maxi, Assunçao, Cleber Santana, Reyes, Jurado y Sinama-Pongolle.

Con el guión previsto comenzó el choque en el estadio Municipal de Marbella. El Atlético de Madrid de Quique saltó decidido a no dejar abierto ni el más mínimo resquicio a que los locales le hicieran un roto que les complicase uno de los partidos más asequible de la temporada. La superioridad visitante se tradujo a los cuatro minutos en un disparo al palo de Sinama tras pase de Jurado. El dominio colchonero se intensificó aún más con el paso de los minutos, el balón era para el conjunto madrileño y el Marbella corría tras él. La diferencia de categoría entre ambos conjuntos se evidenció de forma clara sobre el césped, lo que provocó que el Atlético abriera el marcador pocos minutos después del primer cuarto de hora con una jugada en la que un desafortunado Troyano alojó el esférico en su propia portería tras un centro de Ujfalusi desde la banda derecha.

Durante el primer acto el Marbella no existió, y como muestra un botón, ni un solo disparo a puerta del conjunto andaluz durante los primeros cuarenta y cinco minutos. El conjunto andaluz se mostró batallador y fiel a su idea inicial de defensa zonal. El Atlético superó la primera mitad con una tranquilidad absoluta que le otorgó el total dominio de todos los aspectos del encuentro, aún así, al disparo al palo de Sinama y el gol en propia puerta de Troyano, tan sólo logró sumar otro disparo a puerta antes del descanso. Fue por medio del argentino Maxi Rodríguez y también encontró la madera en su camino hacia el gol. La lentitud de Sinama en una de las últimas jugadas de la primera parte evitó que el conjunto madrileño se marchase con mayor ventaja al descanso. Al descanso, un Atlético correcto, pero muy lejos de la brillantez que se le exige, cumplía los pronósticos.

Tras el intermedio, el Marbella pareció decidido a poner algo más de presión a su juego con el objetivo de no ponérselo tan fácil a su rival como en la primera mitad, pero todo fue un espejismo que no duró más de cinco minutos. Para entonces, el conjunto andaluz había vuelto a su fútbol de toque excesivamente lento y con una falta de agresividad alarmante. Dada la entidad del rival, era lógico que el Atlético dominase y lograse la victoria. A tenor del poco tiempo de maniobra de Quique, también era lógico la falta de mejora táctica y de juego del club rojiblanco, pero lo que no era lógico era la falta de ambición colchonera por sentenciar la eliminatoria en la ida.

El supuesto impulso anímico que debió dar al equipo la llegada del nuevo entrenador no se observó en Marbella. El Atletico dominó, pero se mostró falto de confianza, lo que evidenció con errores no forzados e inexplicables en la circulación del balón. Un buen disparo de Simao, que entró en sustitución de Reyes minutos antes, fue despejado brillantemente por Ávila. El Marbella observó la actitud de complacencia de su rival y decidió intentarlo por primera vez en el partido. Los de José Luis Montes comenzaron a acercarse a las inmediaciones de Asenjo y estuvieron cerca de lograr la igualada en varias ocasiones. La ofensiva local sirvió a los de Quique para sentenciar el partido y la eliminatoria por medio de Maxi aprovechando los espacios defensivos del conjunto andaluz. El debut en Copa sirvió al Atlético para ganar y sirvio a Quique para diagnosticar el cúmulo de males que sufre su nuevo equipo.