No hay semana tranquila en Tarragona y esta no fue una excepción, claro. El empate de Córdoba -llegó en el minuto 89- y demostró que el Nàstic es especialmente vulnerable en los minutos finales. O sea, en la Zona Cesarini. El debate estaba servido y a Ferrando no le gustó un pelo que se hablara en esos términos. Es más, dijo que lo que de verdad le preocupa a él son los goles que falla el equipo.

Con todo, hoy visita Tarragona el Hércules, un equipo cuyos números hablan por sí solos, especialmente en lo que se refiere a los goles en contra. Hasta la fecha, sólo recibió cuatro, lo cual lo convierte en un rival muy duro y más para un equipo al que le cuesta convertir. Está cuarto el conjunto alicantino, y eso que no está cuajando una temporada inmaculada: pero tiene algo básico en esta categoría, solidez defensiva. Y tener eso es mucho tener.

El Nàstic lo que tiene es una gran plantilla y un jugador bastante enrachado: Rubén Navarro. El delantero recibe a su ex equipo -también es el de Fernando Morán- justo en el mejor momento. Por fin ha despegado: en las dos últimas jornadas marcó otros tantos goles. Lo acompañarán arriba José Mari, Walter y quizás Morán. Jugadores de ataque es algo que le sobra al Nàstic... pero le falta al Hércules. Su técnico, Esteban Vigo, sólo puede contar con un delantero, Danciulescu, ante las bajas de Jordá y Delibasic. Aunque cabe no olvidarse de Tote y de Rufete, un refuerzo de auténtico lujo para un equipo que mira de reojo la zona alta de la tabla.

Con ustedes, Nàstic-Hércules. Un duelo entre dos que quieren volver a Primera.