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Liga BBVA | Barcelona

Puyol renueva tras flirtear con Italia

El capitán seguirá en el Barça hasta 2013, pero se dejó querer por el Milán, un sueño ahora imposible

Fabián Ortiz
<b>CONTENTO. </b>Carles Puyol abraza a Bojan Krkic, en la celebración de un gol del Barcelona.
enric fontcuberta

Carles Puyol se retirará en el Barcelona, a menos que a los 34 años le queden fuerzas y ganas para probar suerte en otro equipo. Hasta entonces tiene asegurado un contrato que sólo está pendiente de algunos detalles, según se supo ayer. No fue el principal interesado, sino su compañero Xavi, quien puso sobre aviso a los medios: "Los aplausos de antes del entrenamiento fueron para Puyi, que nos comunicó que ha llegado a un acuerdo para renovar su contrato". A partir del 30 de junio de 2010, tres temporadas más, en las mismas condiciones salariales, es decir, entre los cinco mejor pagados de la plantilla.

Tras varios meses de reflexión, el primer capitán del Barça decidió que lo mejor para él era seguir ligado al club donde debutó en Primera, hace diez años. Dudaba Puyol en un punto, por encima de cualquier otro: no se sentía titular, tras la llegada del ucranio Chygrynskiy, el crecimiento de Piqué y la vigencia -a priori- de Márquez. Y, a través de sus conversaciones con Albertini, buen amigo y milanista de breve paso por el Camp Nou, albergó la posibilidad de cumplir otro de sus sueños: vestirse de rojinegro y ser una referencia defensiva en San Siro. Un sueño que ahora, a la luz de esta renovación, se convierte ya en un imposible. Siguiendo la estela de la mayoría de los futbolistas españoles, Puyol prefirió seguir en casa antes que andar nuevos caminos en el extranjero, aunque también fue tanteado por el Manchester City y hasta por el Chelsea, clubes que le ofrecían suculentas sumas de dinero.

De lateral.

Puyol continuará luciendo el brazalete cuatribarrado que la pasada temporada se quitó y besó tras marcar uno de los seis goles del Barça en el Bernabéu. El defensa, que ante la baja de Alves tendrá que hacer de lateral derecho durante tres semanas, es un símbolo para la afición culé, que ve en él valores relacionados con los productos de La Masía: compromiso, entrega sin remilgos e identificación con un estilo. Aunque el suyo, basado en el músculo y el sudor, diste mucho del que impone Guardiola.