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Liga de Campeones | Real Madrid - Milán

El Madrid de Kaká se cruza con el viejo león

Benzema, titular. Ronaldinho, atracción sospechosa del Milán.

<b>LAS CÁMARAS, CON RONALDINHO. </b>Llegó el Milán a Madrid y Ronaldinho fue el jugador más solicitado de la expedición italiana por aficionados y medios de comunicación. La última vez que Ronaldinho jugó en el Bernabéu fue en la temporada 2006-07: el Barça perdió 2-0.

Han de saber los que infravaloran al Milán (siete Copas de Europa) que están desafiando a los barbudos dioses del fútbol. Y nadie debería entenderlo mejor que el Real Madrid, colgado durante algunos años del argumento de su palmarés. Si algo tienen las grandes instituciones es que en los momentos de crisis se reservan una bala, y aunque no quede aliento para pelear una Liga, pervive, para citas contadas y especiales, el impulso de los antepasados.

Honrada la historia (el Milán presume de ser el club con más títulos internacionales, 14, por los 12 de Madrid y Barça), tampoco deberíamos perder de vista que este equipo achacoso ganó su última Copa de Europa hace sólo dos años, y lo hizo con seis jugadores que esta noche podrían ser titulares: Dida, Nesta, Jankulovski, Pirlo, Ambrosini e Inzaghi.

Dicho esto, lo demás no se discute: les sobran años, vicios y les falta aire fresco, porque ni siquiera Pato (20) aporta suficiente. De otro lado, el club acusa tanto la crisis como el torbellino Berlusconi y también es fácil suponer que la retirada de Maldini (tras 25 temporadas) les ha dejado sin referentes.

Para medirse a los rossoneri (el rojo representa el ardor propio y el negro el miedo ajeno, cuentan), Pellegrini recupera a Kaká, suplente contra el Valladolid por prescripción aeronáutica. Su reencuentro con el club que le abrió las puertas de Europa promete, porque el muchacho es agradecido y en Milán sigue siendo ídolo y cartel de Armani.

Si en el mediocampo está la duda de Diarra o Lass (molestias en la rodilla izquierda), arriba se concentran las incógnitas. Higuaín, con una contractura, pierde opciones en favor de Raúl (suplente contra el Marsella), mientras Benzema parece seguro para rehabilitarle ego, confianza y puntería. En todo este conjunto, Ronaldinho es una isla. Hace cuatro temporadas ganó el Balón de Oro, la Champions y rindió al Bernabéu (dos goles y ovación). Hoy, a los 29 años, parece más cerca del ocaso total que del regreso. Pero también su historia merece respeto. Esta noche se miden dos clubes entrelazados (Huntelaar y Seedorf en el banco, Kaká en el césped), los que reúnen más Copas de Europa (9+7) y, probablemente, los grandes que más se persiguen e imitan.