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Ángel Lafita

"La Romareda me puso la piel de gallina"

El jugador pasó revista ayer a su reestreno en La Romareda y a su primera titularidad en esta nueva etapa. Lafita reconoce que todavía le queda un trecho para alcanzar su mejor versión, pero dice sentirse un jugador más maduro y templado que el que dejó Zaragoza hace dos años.

Juan P. Montaner
Ángel Lafita.
alfonso reyes

Se le vio muy motivado en su regreso a La Romareda.

Se juntaron muchas circunstancias y mi sensación era la de hacerlo lo mejor posible. Desde la primera jugada quise darlo todo hasta que aguantara, aunque sabía que no iba a aguantar todo el partido

¿Se quedó muy decepcionado por el resultado?

Teníamos tres puntos que habrían sido muy importantes porque nos hubieran dejado en una zona alta y tranquila. En Primera, si te descuidas diez o quince minutos y pierdes dos puntos que quizá no merecías perder pero eso así.

¿Qué sensaciones tiene el vestuario un día después?

Está lamentándose por los dos puntos perdidos. Teníamos todo a favor porque hicimos un gran primer tiempo y se nos fue el partido en dos despistes. No hay que darle más vueltas, pero sí que tenemos que aprender de lo sucedido.

¿Será una semana de profunda reflexión?

Será una semana de reflexión, pero no creo que vaya a ser seria. Todo se puede mejorar, jugamos dos partes muy diferenciadas y tenemos que hacer hincapié en la segunda y ver las diferencias que hubo con la primera, nada más.

Y ahora viene el Barcelona.

Es un campo muy complicado y ponernos el domingo con diez puntos nos hubiera dado tranquilidad. Con los ocho puntos que tenemos, debemos ir con la misma sensación, pero sabiendo que las opciones van a ser menos que el día del Racing. Tendremos que intentar aprovecharlas y estar bien armados en defensa.

Es evidente que Lafita es un jugador diferente al que se fue, ¿qué sensaciones tiene?

Como jugador sigo siendo el mismo, pero es cierto que he madurado mucho. En los dos últimos años me he asentado. Daría más importancia a la parte de la ansiedad que cuando estaba aquí me caracterizaba. La tenía en cada partido y era una de las cosas que me preocupaba. Eso me preocupaba en este regreso, el no tener la ansiedad de antes. Creo que he conseguido superar esa circunstancia que tanto mal me hacía.

Antes del partido ante el Racing, ¿aún tenía la duda de saber si el volver a jugar con el Zaragoza en La Romareda tendría ese efecto maléfico que comenta?

Sí, bueno... En cierto modo me preocupaba la ansiedad de jugar como en el Deportivo y no como lo hacía antes en el Zaragoza. Fueron dos etapas muy distintas. Pasé de la ansiedad de demostrar cosas a la tranquilidad que tenía en La Coruña. Mi fútbol está ya más enfocado a lo que hacía en el Deportivo y ese era mi objetivo.

Siendo un chico de casa, ¿cómo es el cambio de irse a La Coruña y pasar de ser un jugador meritorio a uno de los jugadores importantes en su regreso al Real Zaragoza?

Es bonito volver a casa y que te reciban con los brazos abiertos. No hay palabras para describirlo. Nunca había recibido en La Romareda una ovación como la que recibí en el cambio y se me puso la piel de gallina.

Tras su jugada en la que asiste a Arizmendi en el segundo gol, queda como detalle su patada de rabia a una valla publicitaria, ¿fue como quitarse un peso de encima?

Me salió la rabia de esperar tanto tiempo un partido en casa y que te salgan bien las cosas. Aquella jugada fue el 2-0 y ver que las cosas te salen bien te lleva a hacer esos gestos. Pero lo veo como un detalle sin más.

Marcelino tiene claro que su puesto es segundo delantero, ¿usted también lo ve así?

Sí, es una posición en la que encuentro más libertad y en la que se toca más balón que en la banda. A la hora de contraatacar te da más libertad de movimientos y por mis cualidades es lo que necesito. Hablé con Marcelino y me dijo que pensaba lo mismo que yo, que ahí era donde mejor podía desenvolverme.

Arizmendi y usted son dos jugadores que van mucho al espacio, pero sobre el campo se ordenaron bastante bien.

Para ser la primera vez que jugábamos juntos, nos compenetramos muy bien. Es difícil que eso suceda cuando juegas con alguien al que todavía no conoces muy bien. Ambos pusimos ganas y las cosas nos salieron bien. Poco a poco iremos mejorando, aunque todavía me falta coger el ritmo físico.

Marcelino admitió la semana pasada que tenía dudas para elegir a los dos delanteros entre los tres disponibles, ¿ser el elegido le hace ganar en confianza y seguridad?

Que un entrenador confíe en ti y te ponga de inicio en el primer partido que estás disponible y además vuelves a casa te aumenta la confianza. Lo principal es tener la confianza del técnico y en ese aspecto, quieras o no, tienes un plus de confianza en ti mismo y además intentas responder en el campo a la confianza de Marcelino.

El domingo volverá a coincidir con Piqué, otro jugador que ha evolucionado mucho como en su caso, ¿cómo lo ve?

Piqué ha madurado a pasos agigantados. Tiene 22 años y lo ha conseguido casi todo en el fútbol. Está demostrando el pedazo de central que es y sobre todo lo está haciendo en un club como el Barcelona. Es un jugador enorme y tengo ganas de saludarlo porque hace tiempo que no coincidimos.

Tras muchos problemas que al final ha dejado atrás, ¿le pediría algo a los clubes, que ahora están sumidos en enfrentamientos legales?

Se pueden pedir muchas cosas, pero otra cosa es que te hagan caso. No creo que por más que pida me vayan a hacer caso. Lo único que puedo y debo hacer es mantenerme al margen. Estuve sin pronunciarme durante el tiempo que creí oportuno hasta que todo esto se arregló y ya hablé lo que tenía que hablar. Ahí puse punto y final a todo esto.

¿Qué impresión le queda tras lo sucedido este verano?

Que me hubiera gustado despedirme de otra forma. Allí pasé dos años maravillosos, pero no pude despedirme como quería por las circunstancias. Tampoco hay que darle más vueltas. Ya me he despedido de la gente de la que me quería despedir. La gente que me conoce sabe cómo me he ido y el por qué. No sé si allí se habrá dado una imagen buena o mala de mí, pero yo hice las cosas de manera consecuente.

¿Se sintió víctima?

No víctima, pero no es agradable estar en una circunstancia así porque no tienes nada que ver pero te salpica y eres el principal perjudicado. Lo intenté llevar lo mejor posible, aunque hubo momentos malos. Ya acabó todo y prefiero no darle más vueltas. Lo que tenga que hacer cada uno que lo haga, yo sé que lo mío es jugar al fútbol y hacerlo con el Real Zaragoza.

El año pasado alcanzó su récord de goles en Primera con ocho, ¿se ve capacitado para alcanzar esa cifra de nuevo?

Si lo hice el año pasado, ¿por qué no lo voy a lograr este año? El objetivo siempre es, por lo menos, igualar la cifra de goles del curso anterior. Por lo tanto, ése es mi reto esta temporada. Al menos igualar esa cifra.