Iván abre el fuego. Le sale su sangre uruguaya: "Leí su entrevista con Gigghia (publicada el domingo), el héroe del Maracanazo. Muy buena".

Muchas gracias. Fue un placer hablar con él aunque al final Argentina ganó en el Centenario y les mandó a ustedes a a la repesca.

Si no les ganamos esta vez no lo haremos nunca. Estábamos ahí, a 90 minutos del Mundial... pero esos partidos se nos escapan.

¿Por qué?

Si lo supiera lo diría. Uruguay tiene jerarquía, pero Argentina y Brasil también y mucha historia que hacen valer a la hora de la verdad. Pasó el miércoles: los argentinos no están precisamente en su mejor momento... y nos ganaron.

¿Por qué no va usted a la selección?

Llevo diez años en Europa y sólo una vez, cuando Juan Ramón Carrasco era el seleccionador, me llamaron. Participé en unos entrenamientos y cuando iba a debutar me lesioné en la rodilla. Poco después se fue Carrasco y no me volvieron a llamar, no llegué a debutar por tanto. Intento jugar bien en mi equipo y que eso sirva para que me citen, pero la llamada no llega. Es un sueño incumplido, pero no me vuelvo loco. Me centro en lo mío y si un día me llevo la sorpresa, pues encantado. Me gustaría vivir el reto de la selección.

Tampoco va Pandiani, otra rareza.

Ni Zalayeta. Hombre, en ataque no está el problema uruguayo. Van Forlán, Suárez, Cavani, Abreu... Me gustaría probar porque estoy en el mejor momento de mi vida, así lo pienso.

Y yo, si le vale de algo.

Mi mejor etapa estoy viviendo, a todos los niveles: en los personal, en lo deportivo...

Y llegó de puntillas.

Y entre dudas. Sin jugar mucho en el Murcia de Clemente, desde Segunda, en enero... Era normal que dudaran de mí y más en un Espanyol colista entonces. Comprendo que la gente se preguntara cómo iba a valer para Primera uno que no jugaba en Segunda.

¿Y?

La verdad está en el campo y tuve la suerte de que el vestuario me facilitó mucho las cosas, también mis años aquí pues no era un recién llegado. El equipo reaccionó, nos salvamos... Todo fue perfecto hasta lo de Dani Jarque, claro. Y ahí seguimos, mirando hacia adelante, ¡qué remedio!

¿Cómo está viviendo lo de Tamudo?

Es una pena que lo que tanto le costó conseguir durante 14 años de éxitos, que le han convertido en el jugador más importante de la historia del club, se pueda ir por la borda en una semana.

Lapidario.

Deseo que todo se arregle por él, por el club y por la plantilla, pues no es bueno vivir en un ambiente crispado.

¿Qué objetivos tiene este equipo?

De entrada, el mismo que al menos otros 14 equipos: la permanencia. Asegurémosla lo antes posible y hablemos después de otras cosas. A la gente no se le puede negar que sueñe, nosotros debemos vivir con los pies en el suelo.

Y en la Copa, el Getafe. Suerte, poca...

¿Quién sabe? Ellos dejan jugar, al estilo de lo que hizo el Tenerife. Te toca un Segunda de esos que se entusiasman con la Copa y te complica.

El grupo es joven. ¿Qué le dice su experiencia sobre la proyección de tanto casi debutante?

Me gusta su ambición, su hambre, sus ganas de abrirse paso en esta Liga. Hay mucha gente con 22 años o menos. Su ambición y la idea del míster y de todos de salir a ser protagonistas del partido. Si lo hicimos con el agua al cuello, cuando parece que lo ideal es echarte atrás y esperar una contra, ¿cómo no vamos a hacerlo ahora? Sabemos lo que queremos y en un campeonato tan igualado es imprescindible tener una línea y creer en ella. A Sevilla iremos a ganar...

Ese Espanyol queremos.