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David Albelda

"Me emocioné al hablar de la ovación con mis padres"

Ante el Barcelona abandonó la condición de suplente que había protagonizado esta campaña haciendo un partido soberbio, lo que le valió para dejar el campo en medio de una de las ovaciones más emotivas que se recuerdan en los últimos tiempos en Mestalla. El '6' sonríe en familia...

Chimo Masmano
David Albelda.

¿Cómo se ve en frío el partido ante el Barcelona?

Pese a ser un empate en casa, creo que las sensaciones son positivas, porque uno se va fortalecido psicológicamente y el estado de ánimo es mucho mejor que en cualquier otro empate. Aunque, al mismo tiempo, hay que estar algo fastidiados porque se nos escaparon dos puntos, ya que, para mí, hicimos un partido para llevarnos la victoria.

Vamos, que al final el sabor acabó siendo un poco más agrio que dulce, por lo cerca que estuvo la victoria...

Sí, más que nada porque fuimos mejores. Si no, habría que sentirse satisfecho por haberle arrancado un punto a este Barça. Pero, viendo lo que hicimos, sobre todo en la primera parte, se te queda algo de gusto amargo por no irnos con los tres puntos. Aunque lo que también es cierto es que estamos en el primer tramo de la competición, es muy pronto, pero puede vernirnos bien porque nos da moral y creo que nos enseña el camino que debemos seguir.

Para que este gran partido no quede en algo aislado, como ocurrió la pasada temporada contra el Barça, ¿no?

Tenemos que mentalizarnos que, para que nosotros seamos un gran equipo, debemos mantener un nivel máximo de concentración y en el plano físico. Y, en este sentido, nos tiene que dar igual si el equipo se llama Barcelona o Sporting. Debemos seguir con la misma entrega en todos los partidos.

Y con Albelda instalado en el once titular, como ocurrió el sábado...

Me encontré muy bien, pero me gustaría hablar de lo colectivo, porque también influyó que el equipo trabajase muy duro en bloque, muy arropado y ayudándonos en todo momento. Ante el Barcelona, se realizó un trabajo defensivo muy bueno, empezando por los delanteros, que fueron los primeros que ayudaron.

Es lo que se venía pidiendo cuando se ha hecho referencia a los problemas atrás...

Claro. Es que ése tiene que ser uno de nuestros fuertes, porque si hacemos ese buen trabajo en defensa, con la calidad que tenemos arriba, seguro que creamos y materializamos muchas ocasiones.

Centrándonos en lo personal. ¿Hasta qué punto es importante para un futbolista hacer un partido tan bueno como el que hizo ante el Barcelona?

En estos momentos, en mi caso, era muy importante, porque suponía una prueba de fuego después de atravesar, en este principio de temporada, por una situación extraña para mí, pues no estaba acostumbrado a ser suplente. Y creo que la pude superar. Sabía que tenía que aprovechar la oportunidad que se me ofrecía y de ahí que me viniese muy bien que todo fuera así.

¿Sería exagerado decir que ha Albelda ha vuelto?

Yo este tipo de frases las prefiero para llenar periódicos y minutos de radio. Tengo muy claro que, en la temporada pasada, estuve entre los cinco primeros en la clasificación de minutos jugados y sé que debo trabajar duro ahora para seguir jugando. Y mi trabajo del día a día ha sido el mismo, pero luego hay un entrenador que es quien debe hacer el equipo.

¿Cómo se sintió cuando escuchó la ovación que le tributó Mestalla mientras se iba?

Fue muy emocionante, sobre todo porque eso significa que han visto el trabajo realizado durante todo el partido, que te lo premian de esta manera. Y eso es lo mejor, que a uno le premien su trabajo deportivo.

Siempre es bonito recibir estas ovaciones, pero, viendo que hace unas semanas hubo silbidos hacia usted, ¿no preferiría un equilibrio entre las críticas y las alabanzas?

No me planteo esas cosas. Prefiero entrenarme todos los días fuerte para jugar y hacerlo de la mejor manera posible. Al final, un jugador intenta aislarse de lo que tiene alrededor, porque no siempre van a ser aplausos, igual que tampoco serán silbidos. En el fútbol, sabemos que hay un desequilibrio tremendo y que, dependiendo de lo que hagas, puedes pasar en un minuto de ser el mejor al peor.

Por usted nos dijo hace poco en el Tridente que pensaba que los silbidos le iban a acompañar siempre y el sábado no se escuchó ninguno...

Por encima de todo, creo que, a nivel general, siempre he tenido más gente a mi lado que en el otro lado criticando.

Hace dos años, le preguntaron por sus padres después de un Valencia-Barcelona y usted acabó llorando. ¿Cómo ha sido esta vez la llamada para comentar la ovación?

Me llamaron para decirme que estaban muy contentos y esto me emocionó porque, después de todo lo que pasó, mis padres siguen yendo al fútbol pero lo hacen con más nervios, por si hay críticas o silbidos. Y acabar de esta manera tan bonita fue muy emocionante también para ellos. Aunque mi padre no tardó en seguir apretándome, pues me pide que dé lo máximo de mí porque piensa que soy capaz de hacerlo como ante el Barça.

¿Y qué le dijo Emery después del partido?

Nada en especial. Estuvimos todos juntos después del partido con un mismo sentir: contentos con el trabajo hecho pero lamentándonos por no haber sumado los tres puntos.

Parece que ya se han disipado las dudas en torno al entrenador...

Los resultados negativos son los que traen las dudas. Empatamos dos partidos que teníamos ganados, ante el Sporting y el Atlético, y llegó el nerviosismo. Pero, a nivel general, creo que estamos bien.

¿Y usted está preparado para el montón de partidos que vienen ahora?

Yo me entreno fuerte para competir y, si el míster quiere, allí estaré para jugar.