Liga BBVA | Valencia 0 - Barcelona 0
Valdés frenó al Valencia
Los de Emery fueron superiores y merecieron más
La baja de Villa estaba cantada pero planteaba a su entrenador la duda de qué hacer. Optar por la continuidad, es decir no arriesgar, tener la coartada de la lógica y cambiar pieza por pieza, o adaptar todo el equipo a la idea que él pensaba que podía resultar mejor para tumbar al Barça, por extraño que pareciera, siendo valiente y corriendo el riesgo de la crítica a posteriori. Y ahí Unai se apuntó un tanto, un punto realmente que es lo que le quedó de botín, porque supo lograr lo que nadie había conseguido: frenó al Barça, le superó, le llegó más y mejor y mereció ganarle. Pero Guardiola tiene galácticos también en la portería y anoche fue Valdés el que salvó los muebles en ausencia de Ibrahimovic (en el banquillo) y de Messi (en el campo pero como si no).
Con el empate final, los ches confirman su recuperación, recuperan el cariño de su grada y Emery demuestra a los que dudaban que sabe lo que se lleva entre manos. Por su parte, el Barça demuestra que no es intratable (ya se intuyó ante el Almería) y que si los rivales no le juegan con miedo, pueden ser frenados. Mestalla lanzó un mensaje al cielo: hay Liga, el Barça es humano.
Cuando todos estaban frescos y con la lección recién aprendida, el Valencia fue muy superior, es decir, que Emery había instruido mucho mejor a los suyos que Guardiola. Los ches bajaron a la tierra a los culés, a los que dejaron sin una llegada clara, un dato tan contundente como sorprendente en vista del rodillo que había sido el Barça hasta que llegó a Mestalla. Unai se mojó, apostó por un ataque revolucionario, con hasta tres jugadores fuera de sitio... que estuvieron muy bien desde el minuto 1, en el que Pablo Hernández tuvo un mano a mano con Víctor Valdés (sensacional) que anunciaba la tormenta que se le venía encima a los catalanes.
La idea del Valencia era simple en su concepto pero muy complicada en su desarrollo: frenar al Barça en la medular y lanzar rápidas contras con el tridente de los bajitos. Silva fue el abanderado de esta idea y fabricó hasta tres buenas aproximaciones a las que Mata y Pablo no le pusieron rúbrica. Los ches se sacudieron los temores gracias al liderazgo de un gran Albelda en el eje y Mestalla veía cada vez más cerca el gol, pero no llegó en las siete llegadas que se acumularon en el primer acto.
Un respiro. En la reanudación, el Valencia bajó el pistón y el Barça asomó por el área de César pero, tras un susto, Silva tuvo de nuevo a la contra la victoria, encontrándose con Valdés como el antihéroe de la noche. A los ches les faltaba el aire, pero dieron una lección de sacrificio, solidaridad y compromiso para apretar los dientes y amarrar un punto que debieron ser tres por ocasiones y por su gran primera parte.