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LIGA BBVA | OSASUNA 3 - ATLÉTICO DE MADRID 0

El Atlético toca fondo en el Reyno de Navarra

El Atlético de Madrid sucumbe en el Reyno de Navarra (3-0) en un partido encarrilado por el equipo pamplonica en los primeros treinta minutos. Dos goles de Pandiani y uno de Aranda sellaron el triunfo. Los de Camacho se quedan con diez a puntos, a dos de zona europea. Los de Abel se mantienen en seis, a uno de los puestos de descenso.

DAVID F. SANCHIDRIÁN
Osasuna 3 - Atlético 0
Osasuna 3 - Atlético 0

Otro varapalo. Cuando las aguas ya perecían calmadas en la zona del Vicente Calderón, el Atlético de Madrid se ha encargado de agitarlas de un plumazo hasta límites preocupantes en el Reyno de Navarra. Y sólo han hecho falta 30 minutos para regalar un partido a Osasuna por culpa de una zaga rojiblanca que ha hecho aguas desde el comienzo. Regalo que ha aprovechado sin miramientos el equipo navarro para destrozar a un Atlético que el miércoles visita Stamford Brigde para medirse al Chelsea en un duelo trascendental en Champions League.

Con el ataque rojiblanco partido en dos por la tardanza de Forlán, el Kun Agüero saltó el césped del Reyno de Navara con dos objetivos claros. Mantener vivo el cambio de aires mostrado ante el Zaragoza para no apearse del ascensor y ya de paso volver a deslumbrar con goles, la mejor carta de presentación para volver a encandilar a Maradona que empieza a dudar ahora que Argentina tiene billete para Suráfrica. El trabajo iba a resultar duro porque enfrente esperaba un equipo desgarrador. A Osasuna no le urgía tanto la victoria. Con un inicio más que aceptable, los de Camacho saltaron con la tranquilidad que da ver los puestos calientes desde la altura pero con la temperatura que acostumbra este tipo de choques, con un calor que se pone en marcha en la grada y se transmite rápidamente a sus jugadores.

Por ello, Abel prefirió jugar de inicio con un único delantero, Agüero, y plantar batalla en el centro con Cléber y Assunçao para salir con Maxi y Simao por las bandas acompañados del jugador rojiblanco más en forma, Jurado. En Osasuna, lo esperado. Buenas bandas con Juanfran y Camuñas para correr por los costados y poner balones a Pandiani y Aranda. Y el trabajo salió a la perfección. No hizo falta ni esperar tres minutos para ver lo bien que le salen las cosas a unos y como meten la pata otros. Un gran centro de Camuñas en el flanco izquierdo fue a parar al segundo palo y allí Pandiani se lanzó en plancha para acabar rematando a placer y hacer el primero de la noche. Y remató a placer porque, otra vez más, la defensa del Atlético se encargó de facilitar el trabajo. Esta vez fue Juanito el jugador que hizo aguas atrás y el uruguayo no perdonó.

Remar a contracorriente desde el principio suele ser agotador y desesperante. Y el Atlético es a lo que se abonó esta noche en el Reyno de Navarra. Aún así, la desesperación no asomaba en Pamplona y el Atlético buscó la reacción y a punto estuvo de hacer la igualada seis minutos después del tanto de Walter cuando Agüero no acertó en la definición ante un Ricardo vendido al borde del área. El partido transcurría a pedir de boca para los locales. Mandando en el luminoso y encima el contacto se incrementó un punto a raíz del tanto. El cuerpo a cuerpo se acrecentó y ya se veían algunas entradas duras. La primera fue de Azpilicueta a Jurado y la respuesta fue de Cléber a Camuñas, con tarjeta amarilla incluida.

El dominio del cuero era alterno, con ocasiones en ambos lados. Ujfalusi hizo un pase de la muerte que no llegó a Agüero y Pandiani tuvo un mano a mano ante Asenjo pero el meta rojiblanco es casi imbatible en este tipo de jugadas. Mayor vulnerabilidad muestra el Atlético en defensa y Osasuna encontró un filón por esa zona. Ante estas facilidades, los navarros decidieron dar portazo al partido antes de la media hora de juego, en tan sólo dos minutos, y como venían haciéndolo todo el partido. Desde las bandas y desnudando a la zaga del Atlético de Madrid. Una falta desde la misma zona que en el primer tanto fue botada por un jugador osasunista al segundo palo. Esta vez en lugar de rematar directamente a puerta, Nekouman decidió picar el balón hacia el otro lado del área chica donde esperaban dos jugadores de Osasuna totalmente libres de marca. Ahí el premio recayó de nuevo en Pandiani que hizo el segundo de la noche, el quinto de la temporada. Los de Camacho mostraban una superioridad infinita en todos los balones que pisaban zona de retaguardia y dos minutos después, Aranda se quiso sumar a la fiesta al aprovecharse de un rechace de Asenjo para batir casi a placer desde la izquierda.

A los despistes defensivos del Atlético había que sumar la escasa aportación constructiva de sus mediocentros, incapaces de sacar el balón y facilitar la circulación. Aún así, el Atlético de Madrid dispuso de su oportunidad antes del descanso pero no por mérito propio sino por una metedura de pata de Josetxo al regalar un balón que aprovechó Maxi para subir la banda y buscar al Kun pero de nuevo el argentino no estaba en el sitio adecuado.

Agüero intenta maquillar el resultado

La buena noticia para los de Abel llegó con el descanso. Era lo mejor que podía pasar a un equipo que naufragó durante 45 minutos ante un Osasuna con el cuchillo en los dientes y que no parecía tener intención de soltarlo. La primera medida de Abel fue sacar a Simao y dar entrada a Sinama para ver si de este modo se ganaba presencia arriba. Para ello debían ponerse las pilas los mediocampistas y empezar a tomar el mando del balón. Eso lo consiguieron, en parte, porque Osasuna ya no tenía la necesidad imperiosa de llevar las manijas del juego.

Aún dominado el centro, los rojiblancos no conseguían sobrepasar la línea defensiva pamplonica, con pases horizontales. La otra alternativa de Abel fue cambiar a Assunçao por el ex de Osasuna Raúl García. Con él, el Atlético ganó algo de cordura y disparo lejano pero Osasuna tenía un resultado amplio y no iba a regalar nada en ningún momento. La que condenó a los rojiblancos fueron los fallos defensivos pero la realidad es que también tuvieron sus oportunidades pero sin puntería suficiente para amedrentar al equipo navarro.

Con un juego ya de corazón, los de Abel buscaron maquillar el resultado con continuos disparos de Agüero, algunos repelidos por Ricardo y otros desviados. Hoy no era el día y viendo la cara del argentino uno se daba cuenta que el Atlético se iba a volver a Madrid con un resultado duro de digerir, más sabiendo que el Chelsea ya llama a la puerta para pedir cita en la Champions League.