"Antes de tres semanas podré jugar con máscara"

La reaparición de Ricardo se acerca. Los plazos de su rehabilitación se están cumpliendo con precisión y ya empieza a quedar lejos el doloroso incidente con Iturraspe, luego la confirmación de las fracturas, más tarde la operación y finalmente el inicio de la recuperación. "Ha sido el peor momento de mi carrera", aseguró ayer en la Cadena SER, después de visitar al médico. "Me ha dicho que la cosa va evolucionando bien", declaró Ricardo, feliz "porque el ojo está mucho mejor y la nariz, también". "Lo más positivo es que el doctor ya me ha dado permiso para apretar, y para ir a más en los entrenamientos", añadió.

Dice el de La Longuera que fue este martes un día importante para él. "Sé que hay que ir poco a poco, pero ya hoy (por ayer) he tocado balón y las previsiones empiezan a ser optimistas", aduce el mediocentro, que se prepara para empezar a jugar "con máscara". "Antes de dos o tres semanas podría hacerlo", indica Ricardo, quien se fija en el compromiso ante el Villarreal como el que posiblemente suponga su regreso. "Es que voy bien, estoy recuperándome bien y además el molde de la protección que me van a poner ya está hecho; supongo que ya esta semana tendré la máscara y podré probarla", reveló.

No obstante, no oculta el tinerfeño que será una situación incómoda la de jugar así. "Obviamente, no estoy habituado; será cuestión de acostumbrarme", dijo ayer, después de explicar que el fin de incrustarse una protección es "no recibir impactos que puedan provocar recaídas". Dicho esto, recordó el isleño que su intervención quirúrgica en el malar y los huesos propios de la nariz fue la primera de su vida que se produjo a consecuencia del fútbol. "Pero pudo ser peor", señaló, envuelto en optimismo. "Procuro pensar que más grave habría sido otro tipo de lesión", añadió ayer. "Lo mío fue en la cara y, gracias a Dios, al menos puedo entrenarme con cierta normalidad", comentó el centrocampista, quien no cree que el tiempo que ha pasado inactivo pueda pasarle factura.

La entrevista dio para más. También habló Ricardo de sus inicios en el fútbol, "a los seis años en el Longuera", y luego de su tardía incorporación al profesionalismo. "Me llegó con 23 años, así que es lógico deducir que más de una vez pensé que nunca debutaría en Primera", apunta el blanquiazul, cuyo ingreso en la disciplina del primer equipo se produjo tras un partido de Tercera contra el Laguna y en compañía de otros dos canteranos: Ángel y Jonás, quien fue descartado. "Al margen de la lesión, pienso que estoy en un buen momento y, hoy por hoy, no me pongo límites", dice el portuense. "Es verdad que lo de jugar en un equipo grande o en la selección son palabras mayores, pero nunca se sabe", afirma, no sin antes aclarar que su propósito, a pesar de las múltiples ofertas, fue siempre el de quedarse. "Creo que nunca me arrepentiré de la decisión tomada", cerró.

Ánimos para David Amaral

Ricardo confesó ayer quiénes son sus referentes en el fútbol. Sobre el césped lo es el barcelonista Xabi Hernández, al que ve como "el mejor del mundo". Y en los banquillos, José Luis Oltra y David Amaral. Del valenciano dijo que "es evidente que es un entrenador de Primera, y lo está demostrando", y acerca del de Arico, comentó que le tiene un cariño especial porque fue quien lo hizo debutar. Ayer le envió ánimos, pues ha sido destituido en el Castellón.