"Casi hermanos, pero en la cancha nos matamos"

El partido de mañana con Argentina ha desatado una locura colectiva en Montevideo y Uruguay. La posibilidad de llegar al Mundial, tan complicada no hace tanto, depende de ganarle a Argentina. El colmo de la felicidad sería que, además, la albiceleste quedara fuera. Pero nadie lo espera aquí. "Bielsa es demasiado serio para arreglos; su Chile (ya clasificado) festejará su éxito, se impondrá a Ecuador y el ganador en el Centenario estará clasificado y el otro jugará la repesca", comenta Edward Piñón, jefe de deportes del diario El País.

¿Pero cómo vive un uruguayo este partido? ¿Qué hay más allá de una pugna deportiva? La calle, y el periodismo uruguayo sostienen que el argentino quiere más al uruguayo que al revés. Lo ve como el hermano pequeño. El uruguayo, distingue entre el porteño (ciudadano de Buenos Aires), y el resto de los argentinos. "El porteño es altivo, el clásico invasor de Punta del Este (famosa ciudad costera uruguaya donde desembarca la clase pudiente argentina), es bastante insoportable", explica el empleado de un hotel de Montevideo. "El uruguayo es más humilde. Como el resto de argentinos", puntualiza.

El fútbol es el elemento que los divide. La frase que lo resume todo es ésta: "Somos casi hermanos, pero en la cancha nos matamos". Hay precedentes, las raíces son las mismas, España e Italia. Los gustos, también: todos toman mate, dulce de leche o la pasta de los domingos. En Buenos Aires viven 400.000 uruguayos, el trasiego humano es constante. En las zonas fronterizas pasan sin documentación, visitan a los parientes, comen un asado y regresan.

En el estadio Centenario se han vendido todas las entradas para los uruguayos y sólo falta saber qué pasa con los argentinos. Tendrá 5.000 localidades y la Policía valora aislarlos en una grada para 16.000 personas. La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) ha pedido que se permita que 11.000 uruguayos más estén a su lado separados por vallas.

En lo deportivo, es alta Cristian 'Cebolla' Rodríguez, recuperado de la distensión en la rodilla izquierda. El partido lo definió Óscar 'El Maestro' Tabárez: "Hay que organizarse y tener fe. Después, si las cosas no se dan, entonces sí, hay que sacar el hacha".