Estado de ilusión en NC: club y plantel hacen piña

La primera final es el Córdoba de Lucas Alcaraz. Ganarle es de obligado cumplimiento, pero a tenor de lo vivido en el Mesón La Torre (Puente Tocinos) da la sensación que el grupo de José Miguel Campos va más allá y que el reto pasa por meter al Murcia en el paquete alto de la tabla cuando la competición enfile el mes de diciembre, poco antes del parón navideño. De eso se habló, a esa conclusión se llegó en la comida y en la larga sobremesa de la comida, de la conjura que plantel (no falló nadie) y club (personalizado en el presidente honorífico, Serantes, el consejero delegado Del Río y el director deportivo José Antonio García Franco) llevaron a cabo tras la sesión matinal a puerta cerrada en el estadio.

En medio de un ambiente que invita al optimismo aun a pesar del penoso inicio, directivos, staff y jugadores cerraron filas y disiparon cualquier rumor en torno a posibles fisuras dentro de un grupo "fuerte y unido como pocos" a tenor de la opinión de veteranos de la Casa Grana, que ve posible "alcanzar a los de arriba". Si ya antes de sentarse a la mesa, después de toda la semana de trabajo, después de asumir que la primera parte ante el Levante sólo lleva a la ruina deportiva y que los últimos 20 minutos son la referencia y el camino a seguir, la moral, la estima del grupo se había recortado, tras las casi tres horas de confraternización todos tenía un deseo: "Que llegue el Córdoba para empezar a ganar".

Tramo exigente.

El reto planteado por los capitanes y por los directivos no es otro que enganchar con los mejores antes del derbi ante el Cartagena. Córdoba, 'los candidatos' Hércules, Recre y Rayo Vallecano, y el vecino Albacete, obstáculos a sortear para cumplir el plan.