Casillas hizo en Sevilla la parada imposible
"Me giré, corrí y cogí el balón; pero no me acuerdo de más"


Minuto 46 del Sevilla-Real Madrid. 1-0 en el marcador. Negredo corrió la banda derecha, superó a Albiol y pasó a Perotti, que a dos metros de la línea de gol y con la portería vacía ya estaba dispuesto a firmar el 2-0. Pero apareció Casillas y realizó la parada imposible. Sólo él sabía que esa jugada no acabaría en la red. Corrió del palo izquierdo al derecho, voló a ras de suelo, sacó las manos y despejó el balón. Por velocidad, reflejos, calidad y, sobre todo, por fe, Iker efectuó una de las mejores paradas de su carrera e incluso de la historia del fútbol. Perotti no la olvidará. El sevillismo tampoco.
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Casillas no le da tanto mérito porque, pese a su sublime actuación, volvió a Madrid sin puntos, con una derrota que a él le escoció especialmente. Veinticuatro horas después del encuentro y pese a que todas las televisiones habían repetido la espectacular parada unas cuantas veces, el madridista todavía no la había visto: "Todo fue rapidísimo. Llegaba Negredo, me giré rápido, corrí y cogí el balón. No me acuerdo de nada más. La veré en YouTube, pero hasta ahora no he visto ninguna repetición". Pero hubo más. Al filo del descanso, también fue sobresaliente el cabezazo de Renato que sacó con la rodilla. Fue su noche, pero no ha sido la única. Nadie olvida sus actuaciones en las Islas Británicas: en Old Trafford contra el Manchester o en Glasgow frente al Bayer Leverkusen. La Novena está en el Museo del Bernabéu gracias a las paradas que le hizo a Basturk y Berbatov. Memorables han sido algunas de sus actuaciones contra el Atlético o el Barça, o los penaltis que le paró a De Rossi y Di Natale en los cuartos de final de la Eurocopa 2008.
Elección. Dando el mérito que se merece a la parada de Iker, ayer en El Día Después de Canal+, Cañizares eligió las que para él han sido las cinco mejores intervenciones de la historia. La mejor, una de Miguel Angel en el España-Austria del Mundial 78, la segunda la de Banks a Pelé (ver página cinco); la tercera, una de Arconada en las semifinales de la Eurocopa 84 contra Dinamarca; la cuarta, los penaltis que detuvo Duckadam en la final de la Copa de Europa entre el Barça y el Steaua en 1986, y la última la de Fillol en la final del Mundial 78 en el Holanda-Argentina. Casillas ya está entre los mejores. Su figura es cada vez más alargada. En el Pizjuán hizo una gran parada. Pero habrá más... muchas más.



