Pedro León tiene ángel

El tobillo mágico de Pedro León sufrió un fuerte golpe en el entrenamiento del jueves y metió el susto en el cuerpo a los técnicos, mientras todo el cuerpo médico del club se puso a cuidarle como oro en paño, mimos, hielo y un par de días entre algodones, que el equipo necesita del toque de clase de las películas de Amenábar del 'Beckham de Mula'. Pedro llegó a tiempo para jugar y apareció para decidir con su pizca de suerte y todo un choque igualado, muy abierto y en el que Aranda marcó un gol, sí, pero tras pasarse toda la tarde con la persiana bajada, hasta cuatro cantazos por arriba, por abajo, de cabeza, con la derecha y con la izquierda. Estaba todo empatado a un gol cuando el crack agarró el balón en el pico del área, escorado a la derecha, recortó a Monreal y se sacó de la chistera un centro-chut envenenado que además tuvo la fortuna de salir levemente desviado por el zaguero y que entró, entró al final en un globo con parábola por el segundo palo de Ricardo, el palo largo que diría D' Alessandro.

La educación blanca.

Ya había dicho Camacho que ni él ni Míchel habían sido educados en el Madrid para salir a empatar ningún partido. Y no suele hablar por hablar Camacho. Su alineación resultó algo más que un propósito de intenciones, ahí es nada Aranda y Pandiani arriba (el uruguayo ha sabido moldear su estilo y bajar unos metros para apoyar desde el enganche), un extremo clásico de los de antes como Juanfran en la derecha y otro escurridizo, rápido y muy móvil en los desmarques como Camuñas en el otro lado. Osasuna jugaba un partido fuera de casa pero salió como si eso le importara un pimiento murciano (de la zona de Cieza) y su goteo de ocasiones resultó más abundante que el del Geta.

Míchel mantuvo como no podía ser menos su apuesta de ataque y todo quedaba en saber si tras las autocríticas del vestuario durante la semana se vería la cara amable del equipo, o esa otra fea y blandita. Bueno, ni fu ni fa ayer, cierta superioridad en la media por el mando de Casquero hasta que fue sustituido por Boateng (un sector del público desaprobó este cambio), y tuvo también sus ocasiones para lucimiento de Ricardo. Y hasta dos goles anulados, uno a Pedro León por claro fuera de juego y otro a Soldado mucho más discutible, cuestión de milímetros, para el ojo de halcón.

Todos los goles llegaron tras el descanso, el primero en un testarazo de Cata a la salida de un córner, el empate por el oportunismo (¡por fin!) de Aranda, y del que decidió hagámosle la ola al tobillo y a la fortuna de Pedro León, bien Míchel en el cambio para que el Coliseum le ovacionara. Del Bosque lo vio en directo: ¡Pedro León, Selección! Que además rima de cine, Vicente...