Un cabezazo de Ciani a los 83 minutos de juego salvó al Girondins de Burdeos del patinazo frente al Maccabi Haïfa y acabó dando a los franceses su primera victoria en la Liga de Campeones.

El tanto del defensor francés fue la culminación de un encuentro en el que el dominio girondino se estrelló contra una buena defensa israelí, que aguantó casi todo el encuentro y sólo fue superada en una jugada a balón parado.

Los galos estuvieron a punto de no pasar del empate en su estadio ante la teórica "cenicienta" del grupo A. Mermados por la baja forma de su estrella Gourcuff, tocado y que sólo jugó medio tiempo, el equipo que entrena Laurent Blanc vio como los modestos israelíes tapaban todas sus incursiones ofensivas.

La defensa se impuso al ataque y el Maccabi impuso un orden en el campo que bloqueó a los franceses. Pese a su dominio, el Girondins naufragó en todo momento.

Las internadas del brasileño Wendel fueron el mejor argumento atacante bordolés, pero no fueron suficientes.

Aceleró el Girondins cuando el encuentro se acercaba a su final y obtuvo su premio en una jugada a balón parado, un córner botado por Sertic que Ciani envió a las mallas de Davidovitch. El tanto premió la voluntad girondina aunque frenó las espectativas de un equipo que pena en traducir en Europa el buen juego que despliega en Francia.