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LIGA DE CAMPEONES | GLASGOW RANGERS 1- SEVILLA 4

Luis Fabiano y Kanuoté pasan el rodillo en Ibrox Park

En una primera parte con posible penalti de Konko, los sevillistas esperaron a la segunda mitad para abrir el marcador. Tiraron de pizarra en el primer tanto de Konko, Adriano hizo el segundo y después los delanteros Luis Fabiano y Kanouté acabaron con una racha de 20 encuentros europeos sin que nadie venciera en Ibrox Park.

DAVID F. SANCHIDRIÁN
GLASGOW 1 - SEVILLA 4
GLASGOW 1 - SEVILLA 4

Ni la fuerza imponente de Ibrox Park ni las gargantas afinadas de los aficionados escoceses han podido con un Sevilla explosivo en la segunda mitad y con una asociación mortal como es la de Luis Fabiano-Kanouté. Un Glasgow Rangers que siempre defiende su casa con mucho corazón y con el cuchillo entre los dientes no ha sido suficiente para un conjunto nervionense embalado que hoy volvió a pasar el rodillo y encima se permitió el lujo de descansar en los últimos quince minutos de cara al partido de Liga del próximo domingo ante el Real Madrid y así dejar la fase de grupos prácticamente encarrilada.

Con el resgustillo agradable de la última UEFA conquistada en Glasgow ante el Espanyol en 2007, el Sevilla saltó al césped del abarrotado Ibrox Park sabiendo a qué jugaba y confiado en sus posibilidades. Muestra de esa confianza son las repetidas rotaciones de Manolo Jiménez que hoy ha sentado en el banco a Renato por Lolo para batir un Rangers reacio a la posesión del cuero en los primeros minutos y con el español Novo esperando su turno en el banco para salir al final y marcar el golazo de la honra.

Aunque los equipos británicos aprovechan los primeros lances del juego para dejar claras las intenciones, hoy fueron los hispalenses los encargados en tomar las manijas del juego y los de Walter Smith respondían con balones largos buscando las espaldas de Escudé y Squillaci. Al ver que los centrales no mostraban vulnerabilidad, el Rangers optó por el plan B. Intentar sorprender con el espigado central Bougherra que se apunta a cualquier fiesta lejos de su casa, la defensa. Pero el Sevilla no tiene otro plan en ataque que el que trazan Luis Fabiano y Kanouté. A veces se une otro socio para fortalecer la conexión y en el minuto doce pidió turno Jesús Navas, lo aceptó Luis Fabiano, y el pequeño volante dejó en el área chica un balón que Kanuoté estrelló en el cuerpo de McGregor.

Se vivían buenos minutos en Escocia. El Glasgow Rangers esperaba atrincherado en busca de un fallo en la circulación para salir con todo al ataque. Y es que si en los primeros minutos lo intentó Bougherra, después se lanzó a la aventura el lateral Whittaker como si de un ariete se tratara. Los intentos únicamente llegaban desde la zona de la retaguardia hasta que Mcculloh empalmó, sin botar, un balón con final en la grada. Entonces la lluvia tomó fuerza en Ibrox Park para cambiar totalmente el aire del encuentro. Era turno del Glasgow Rangers. En su salsa, los locales no tardaron en llevar el peso total del juego. En parte porque el Sevilla se obcecaba en conducir el cuero en un terreno lento.

Y ese juego arrollador de los locales, parecido al que imprime en competición doméstica, bien pudo tener recompensa en el minuto 38 cuando el delantero Naismith cayó dentro del área tras una posible zancadilla de Konko que Jonas Eriksson no vio. Motivo suficiente para encender todavía más a una grada incansable que se frotaba las manos al ver como su rival se ahogaba en el temporal escocés. Los mismos decibelios desprendidos tras el posible penalti se recogieron en los oídos de Bougherra cuando perdió un balón en su propia área que aprovechó Adriano para disparar a matar. De nuevo el meta escocés repelió el disparo y el rechace fue a parar a Navas que de primeras mandó el balón al limbo en lo que fue la última oportunidad de un primer acto con dominio intercalado.

La pizarra desatasca al Sevilla

Con menos lluvia que en el primer acto, Manolo Jiménez sacó pecho de su pizarra a los cinco minutos. Si hoy no se desatasca con la conducción, habrá que tirar de pizarra en cuanto podamos. Eso es lo que se plasmó tras una falta en la zona de tres cuartos que se sacó en corto para Lolo, en la banda derecha. El onubense la puso a la olla y Konko llegó desde atrás para perforar la meta local. Obviamente el gol relanzó de nuevo a los de Glasgow pero sin mucha contundencia. La respuesta escocesa llegó, otra vez más, desde la zona trasera. El lateral diestro Whittaker puso un balón al segundo palo hacia su socio zurdo Papac pero no pudo llegar al balón. Después un zurdazo lejano de Thompson sirvió para ver los puños de Palop.

Una derrota del Glasgow Rangers trastocaba bastante los planes en Escocia. Walter Smith ya reconoció ayer que los partidos de casa había que ganarlos sí o sí. Ese ímpetu por voltear el resultado, que contagia más a sus defensas, provocó descuidos en la retaguardia con consecuencias letales gracias a la asociación Luis Fabiano-Kanouté. Si alguien tacha de loco a Del Nido cuando dice que su ataque no tiene nada que envidiar al del Real Madrid o Barcelona lo mismo debería hacérselo mirar o simplemente ver el partido desde el minuto 64. Es ahí cuando la asociación sevillista acabó con todas las aspiraciones escocesas con tres goles más. En el primero Luis Fabiano recorrió la banda derecha para hacer el pase de la muerte y dejar en bandeja el tanto a Adriano. Ocho minutos después Kanouté puso un balón milimétrico a Luis Fabiano que cabeceó sin problemas al fondo de la red. Y como buena asociación, Luis Fabiano quiso devolver el favor al de Malí y dos minutos después Kanuoté hizo el cuarto. De poco sirvió el golazo del español Nacho Novo a dos minutos del final tras un zapatazo espectacular porque los sevillistas tuvieron quince minutos finales para gustarse, para saborear la racha de 20 encuentros consecutivos de competición europea sin que nadie gané en el campo del Glasgow Rangers, para sentir el silencio de Ibrox Park y para pensar en el partido del domingo ante el Real Madrid. Que pase el siguiente.