LIGA BBVA | VALENCIA 2 - ATLÉTICO 2
Maxi evita el desastre rojiblanco en el descuento
El argentino, que salió en la segunda parte, firmó el empate del Atlético de Madrid en el minuto 92. El otro gol del Atleti lo firmó el Kun Agüero. Pablo Hernández y Villa hicieron los tantos del Valencia, que tuvo la victoria en su mano en un partido caótico entre dos equipos en crisis que comparten males, aunque ambos han mejorado su imagen.
Era un duelo entre dos equipos en crisis que buscan reinventarse. Con los entrenadores en entredicho, faltos de resultados y de alegrías, carentes de confianza y rodeados de constantes polémicas. Dos conjuntos cuyo mérito en el mercado de verano ha sido retener a sus estrellas, sacrificando la creación de plantillas más compensadas y confiando sus aspiraciones en 'los de siempre'. Sin recambios, sin apenas caras nuevas y sin ideas renovadas.
El caos en el que están inmersos ambos conjuntos se trasladó al terreno de juego, y fue a favor del espectáculo. Abel Resino apostó de inicio por la presión y la agresividad. Con la defensa más adelantada que de costumbre y con la misión de golpear primero. Emery salió a especular, a buscar contras, y se encontró con el gol del 'Kun', quien culminó ante Moyá una preciosa jugada entre Jurado y Forlán.
Hasta entonces parecía otro Atlético, lejos de aquel timorato equipo que vimos ante el Barcelona, pero una vez más el gol fue sólo un destello de excelencia. Banega, el año pasado rojiblanco, se encargó de sacar las miserias de su ex equipo. Primero habilitó a Pablo Hernández en el área para que marcara después de bailar con un par de toques y un sombrero a Antonio López; y minutos después dejó mano a mano a Villa con Roberto: el 'Guaje' no perdonó. Los 'locos bajitos' del Valencia aceptaron el reto de Agüero y remontaron el encuentro, ante la desesperación de Resino.
En esta primera parte, ambos equipos quedaron radiografiados en el campo: rozan la brillantez en el juego ofensivo, pero sus aspiraciones de grandeza quedan anuladas por la pasividad defensiva, la anarquía en las marcas, la pasividad y el desorden. Funciona aquello que los dirigentes se empeñaron en mantener, con acierto: Villa, Silva, Mata, Forlán, Agüero... Y faltan jugadores en los que los dirigentes no quieren invertir, los llamados 'clase media', que no viven de su nombre, sino de su trabajo y rendimiento.
El Atlético es el que más acusa su falta de planificación, vendió a Heitinga con el mercado cerrado y ahora Abel no encuentra lateral derecho. Hoy apostó por Valera y movió toda la defensa para situar a Perea en el centro de la zaga. Con el marcador ya en contra, el lateral sufrió una lesión muscular y Abel tuvo que rectificar y recomponer la defensa sacando a Juanito y desplazando de nuevo a Perea al costado.
La otra novedad en el once de Abel fue Cléber, que se está ganando el puesto a base de colocación, calidad y compromiso. Pero hoy Banega le ganó el pulso. Igual que Mathieu a Simao, que fue sustituido por Maxi en el 57'. Y que Pablo Hernández a Antonio López, al que dejó en evidencia en el primer gol. Quienes no falla nunca, estén más o menos acertados, son Villa y Forlán. En cada partido justifican su condición de figuras: nunca se esconden, siempre lo intentan. El asturiano metió uno, el de la victoria, mandó un taconazo al palo y se encontró con Roberto, cada vez más seguro, en un mano a mano. Forlán también lo buscó con sus característicos disparos desde la frontal, pero estuvo más desafortunado que su colega. Con más intermitencia han aparecido Silva, Mata y Agüero. Aunque su sola presencia ya desestabiliza.
En el 68', Bruno se jugó el penalti agarrando al Kun, quien no quiso vencerse. Quizás si hubiera caído, Clos Gómez hubiera señalado el punto fatídico. Agüero pecó de exceso de 'Faire Play' y el árbitro no lo recompensó.
Preso de la desesperación, Abel Resino recurrió a José Antonio Reyes: a veces defenestrado, a veces necesario. El resultado de tal combinación es la improductividad del jugador, que no encuentra su sitio. Con 12 minutos por delante, el ex del Real Madrid, entre otros equipos, participó en el asedio final del Atlético a la portería de Moyá. Las tentativas rojiblancas morían en las manos del portero y en las vallas publicitarias. Cuando parecía que el Atlético de Madrid iba a cosechar su tercera derrota en Liga, apareció el criticado Maxi. El argentino remató un pase de Antonio López en una jugada iniciada por Reyes. La realización del partido se centró en Abel, que festejó exultante el tanto. El técnico toledano, que ya se veía entrando en las oficinas del INEM, vuelve a respirar en lo que ha sido una 'victoria moral', aunque la realidad rojiblanca sea los tres puntos que luce el Atleti en la tabla de clasificación.
Quien al final ha salido más tocado es Unai Emery, que ha dejado escapar la victoria y ha sido silbado al cambiar a Banega por Maduro. Difícil semana le espera.