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Liga BBVA | Atlético 2 - Almería 2

Piatti ingresa a Abel en la UVI

El Almería empató justamente en el 90'. El Atleti no jugó a nada y marcó en dos rechaces. Forlán falló un penalti. Abel reservó a Kun y ahora peligra

<b>INCRÉDULOS. </b>Las caras en el banquillo del Atlético en la segunda parte lo dicen todo: Abel miraba la hora, Maxi estaba muy serio y Forlán no se atrevía a mirar el campo.

El Atlético sigue en caída libre y Abel sobrevive con respiración asistida. En caliente tras el partido, todo fueron los típicos desmentidos con la boca pequeña, pero la sensación es que si el nuevo fiasco no hubiera llegado en una jornada entre semana, su sentencia estaría firmada. Ahora, salvo sorpresa, sobrevivirá para jugarse su futuro a doble o nada en Mestalla y Oporto. Visto lo visto ayer, sus posibilidades de éxito son escasas.

Porque no se crean que el empate del Almería en el último minuto fue fruto de la casualidad o la mala suerte. No. Fue la justa recompensa a un equipo que durante todo el partido supo lo que hacía y buscó el premio que acabó obteniendo con un gol de Piatti. El argentino estuvo tentado de correr a abrazarse con Simao, que rompió el fuera de juego con tal descaro que uno sólo puede pensar que, despistado, se creía en ataque y buscaba el remate.

Justo después, Piatti tendría que haber esprintado para fundirse en un abrazo con Abel, cuyo planteamiento del partido fue de lo caótico a lo sencillamente incomprensible. Con tanto en juego, reservó a Kun, Simao y Ujfalusi, que estaban todos para jugar como se demostró cuando el argentino y el portugués entraron en la segunda parte. Si eso no era hacer de menos al Almería, al menos lo parecía. Y Hugo, uno de los tipos más orgullosos de la historia, le respondió dándole un repaso en la planificación del partido y a la hora de hacer los cambios.

El Almería tenía claro el destino del balón: la espalda de la defensa (por llamarla de alguna forma). Así llegaron sus dos goles. El primero, a los 26' en una contra después de que Sinama pifiase una ocasión clarísima. Alves sacó hacia Bernardello que con un simple balón cruzado desde la medular dejó a Crusat, un demonio toda la noche, en el área, con Perea por soleares y sus socios dando palmas. Piatti sólo tuvo que empujarla. De manual.

El Atleti la fortuna le dio un respiro cuando un rechace permitió a Cléber empatar dos minutos después. Era la única forma de que los de Abel marcaran, porque ha llegado un momento en el que hasta Forlán tira fuera los penaltis, como sucedió en el 17' tras una ingenuidad de Soriano. Otro rechace, ya en la segunda parte, permitió al uruguayo resarcirse y poner un 2-1 que daba aire al Atleti. Aire, que no talento.

Un horror. Porque, un día más y con Kun sentado, Jurado fue el único en recordar a los espectadores que este juego puede ser divertido y no un suplicio para los sentidos. Eso pese a que Abel, en un sinsentido, juega con un solo mediocentro en el Camp Nou, pero pone dos y exilia a Jurado a la banda en casa ante el Almería. Así que la pelota sufrió un maltrato constante pese a la mejoría de Cléber. Si los dos mejores del Atleti son los dos mejores del Mallorca que quedó noveno el año pasado, echen sus cuentas...

Con la inmerecida ventaja, Abel sacó a los tocados mientras Hugo metía fútbol con Corona. El empate tardó porque a Crusat le daba tal ataque de risa cada vez que hacia un nudo a Pablo que luego no lograba definir bien, pero se veía venir. Y aún se quedó corto porque, en el añadido, un cabezazo de Uche nos descubrió al mejor Roberto. No bastó para salvar a un Atleti a la deriva que, y eso es lo peor, no parece haber tocado aún fondo.