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El Levski pierde el derbi con el CSKA tras el 'timo de los traspasos'
Las cuatro mejores jugadores del Levski se pierden el partido de máxima rivalidad en Bulgaria después de un viaje relámpago a Moscú para un supuesto fichaje por el Rubin Kazan que resultó ser un fiasco.
El fútbol búlgaro vive entre el escándalo y la carcajada un asunto tan turbio como surrealista que ha hecho que el Primer Ministro del país haya anunciado que abrirá una investigación. Los hechos tuvieron lugar antes del gran derbi de Bulgaria, el clásico entre los dos equipos de Sofía: Levski y CSKA. El choque, que además se saldó con seis heridos y 54 detenidos, terminó con el triunfo (2-0) del líder, el CSKA entrenado por Lubos Penev, que dejó muy tocado al Levski, octavo en la table con 8 puntos, ya siete menos que su principal rival.
El asunto que rodeó a las horas previas del partido parece sacado de una película de humor surrealista, pero tuvo consecuencias nefastas para el Levski, que perdió a sus cuatro mejores jugadores para esta trascendental cita: Zhivko Milanov, el central marroquí Youssef Rabeh, el centrocampista macedonio Darko Tasevski y el extremo brasileño Ze Soares.
Su ausencia se debió a un fichaje 'express' que acabó siendo un fichaje 'fantasma' de los cuatro jugadores por el Rubin Kazan. La historia comenzó cuando a las oficinas del Levski llegó un fax con una supuesta oferta del Rubin Kazan ruso para hacerse con los cuatro jugadores por un precio que rondaría el millón de euros por cada uno de ellos. La prensa búlgara se llevó las manos a la cabeza pero desde el Levski se vendió la operación como un maná económico para las castigadas arcas del club. En cuanto a las opciones de mercado del equipo ruso fuera de plazo, se justificó con una moratoria que se le había concedido ya que varios de sus integrantes se habían visto afectados por la gripe porcina.
Cumpliendo las condiciones estipuladas para hacer efectiva la operación, los cuatro jugadores se personaron en Moscú para pasar un reconocimiento médico. En la capital rusa, un supuesto enlace del Rubin Kazan que se presentó como Mark Berger les acompañó para hacer los trámites hasta que desapareció sin dejar rastro. Los dirigentes del Levski buscaron en vano a alguna autoridad del teórico comprador para encontrarse finalmente con las manos vacías y sin respuesta en el número de contacto que se les había facilitado y que resultó ser de un teléfono móvil del que no obtuvieron respuesta.
Una vez asumido que todo se trataba de un montaje, se intentó a toda costa que el regreso a Sofía fuera lo más rápido posible pero finalmente los cuatro jugadores se quedaron sin poder participar en el partido ante el CSKA. Tras el 2-0, el ridículo institucional del Levski está siendo objeto de mofa por parte de la prensa y la opinión pública búlgara, que hablan de "falta de sentido común". La afición también carga contra la directiva con acusaciones de "absoluta falta de cordura e incompetencia" y de entregar el título al eterno rival "de un modo tan estúpido que nos hace parecer los idiotas de Europa".
Por su parte, el director ejecutivo del club, Konstantin Bazhdekov, ha intentado justificar la actuación de la institución: "había un principio de acuerdo con el Rubin", mientras que Tasevski, uno de los jugadores implicados, se lava las manos: "preguntad a los dirigentes sobre el asunto. Yo no tengo ni idea y estoy enfadado porque las cosas hubieran sido distintas con nosotros cuatro en el campo". Bazhdekov reconoce finalmente que todo puede haber sido "una jugarreta sucia" pero el asunto amenaza con colear en el futuro con intervención del Primer Ministro incluida.