Hugo gana por Michel
El lateral brasileño decidió el duelo de entrenadores

Dejaron Hugo y Míchel su saludo para el túnel de vestuarios, en los prolegómenos de un partido convertido en un duelo personal entre dos hombres (ahora entrenadores) que son historia viva del Real Madrid. Así, cuando todos los focos les buscaban a ambos, ellos dejaron su abrazo para la intimidad. Quisieron huir del morbo de su cara a cara, pero ambos sabían que el triunfo tendría más brillo por quien había en cada banquillo. Pero a este duelo de reminiscencias blancas se invitó Michel, sin tilde que es brasileño. Casi tocayo del técnico del Getafe, este lateral de 19 años se creyó Dani Alves y ganó el partido para Hugo.
Lo ganó para Hugo, que sin embargo perdió el careo futbolístico con Míchel. Cuestión de estilo. El Getafe siempre quiso el balón, además, para tratarlo con el cariño que merece. Se movió todo el choque el cuadro azulino con posesiones por encima del 60 por ciento. Sin embargo, careció de profundidad y pegada casi por sistema. Hugo se limitó a combinar músculo por el centro y velocidad por las alas. En este Almería plano, huérfano de creación y de gol, a poco más se puede jugar.
El Getafe rondó los dominios de Diego Alves con frecuencia pero sin vehemencia. Lanzó nueve saques de esquina en la primera mitad y tiró seis veces a puerta. Intentos inocuos. La voluntad de Soldado se fue doblegando y los extremos perdieron batallas con Michel y Guilherme, dos jóvenes laterales brasileños que cuajaron sus mejores actuaciones desde que llegaron a Almería. Pero lo que más echó de menos el Getafe fue esa omnipresencia a la que nos tenía acostumbrados Casquero. El tiempo pasa para todos.
Noticias relacionadas
Hay una serie de patrones que se repiten en el fútbol. Guiones con el mismo planteamiento, nudo y desenlace. El 1-0 al arranque de la primera mitad fue oro para el físico Almería, que ganó motivos para volver a darle el balón al Getafe (impreciso ante la necesidad y la urgencia) y vivir de contras. Pero Kalu Uche escribió su propio papel. Lució como nunca esta temporada cuando se quitó el corsé de nueve con el que Hugo le aprieta. Suelto, como a él le gusta, dio su mejor fútbol, incluyendo una asistencia magistral con el exterior para el gol de Michel, alarde de potencia. El lateral recorrió 70 metros de banda y batió a Ustari con Albín siguiendo su estela y tratando de empujarle.
Míchel leyó con cierta nitidez lo que pasaba y movió fichas. Dio aire fresco a las alas y quitó a Casquero. Casi lo borda, pero Diego Alves sacó un brazo salvador a un tirito con la zurda de Manu con malísimas intenciones. Pero ese tiro, como los otros 15 que hizo el Getafe, cayó al olvido. Poco botín para los madrileños, al contrario que el Almería: primer gol y cuatro puntos. No se puede tener más con menos.




