Liga Adelante | Albacete - Betis
Sergio contra La Mancha
Un ilusionado Albacete amenaza la reacción bética
En este tortuoso y complicado camino hacia Primera hay paradas obligatorias en las que no está permitido echarse a dormir. Sobre todo por el bien propio de un equipo al que la palabra derrota puede causar un cisma. Y es que apenas importa que en la última estación donde paró el tren del ascenso (léase partido ante el Recre) el Betis diera señales de tener la máquina más engrasada de lo esperado. Parece claro que en Heliópolis la cosa será coser y cantar, que diría aquel, pero lejos de la Carretera de Cádiz el asunto se torna más complicado.
Por ejemplo en Albacete, la siguiente parada, donde los sucesores del magnífico 'Queso Mecánico' tienen pinta de elevar La Mancha a la elite del fútbol nacional, como antaño. Ya no están los Zalazar, Conejo y compañía, ni tampoco Benito Floro comanda la nave, pero hay un proyecto interesante, liderado por Pepe Murcia y el goleador Stuani, que apunta buenas maneras. Tanto que desde ya se ve pugnando por el Betis por el ansiado ascenso.
Por ese motivo hoy es un gran día para que el equipo de Antonio Tapia dé un golpe en la mesa. Un triunfo significaría matar varios pájaros de un tiro, aunque el más importante se viste esta vez de tranquilidad. Sin olvidar los puntos (nueve de 12 posibles no están al alcance de cualquiera), el Betis necesita convencerse a sí mismo de que tiene mucho poder en la categoría, tanto en su casa como en la ajena. Sobre todo porque en sus filas está Sergio García, un futbolista distinto a los demás, campeón de Europa y con el orgullo herido. Su inicio de Liga, movimientos de salida a un lado, sólo le han traído elogios. Lopera le mima y ve en el catalán el buque insignia para recuperar la plaza perdida entre los mejores.
Confianza. Tapia va encontrando poco a poco el camino hacia la gloria y no hará muchos experimentos. Arzu le vale como jefe de la zaga y la pareja Iriney-Juande demostró ante el Recre que son un buen complemento para los de arriba, extremos incluidos. La única duda es Damiá o Nelson en el lateral, y el gol debe llegar de la conexión Sergio García-Pavone. El argentino se mueve como pez en el agua y no se inmuta por tener a Emaná en el banquillo. De momento, se ha ganado el sitio a base de fútbol. El camerunés, si quiere jugar, ya sabe dónde tiene que hablar.
En tierras de La Mancha no habrá ni quijotes ni gigantes, ni el beticismo quiere que su equipo vea fantasmas donde no los hay. Sólo vale ganar, sea donde sea. Seguro que Cervantes opinaría lo mismo.