Diego Garrido Valencia, es su nombre. Como futbolista, se le conocía como Dieguito. Y como bailaor, Dieguito el de La Margara. Nació en el barrio de Santiago y es gitano por parte de madre. "Los gitanos de Jerez estamos adelantados 400 años a nuestro tiempo", señala orgulloso. Viene de familia flamenca. De hecho, su tía fue La Paquera, una de las mejores cantaoras de la historia del flamenco.

Hasta los 16 años frecuentaba más los tablaos que los campos de fútbol. Pero cuando vio que valía para el balompié, se dedicó profesionalmente a él. "Jugué en el Xerez desde 1977 a 1981, y de allí me fichó el Cádiz. He sido uno de los pocos jugadores de Jerez que han jugado en los dos equipos de la provincia. En el Carranza estuve de 1981 a 1987, por lo que tuve la fortuna de hacer pareja con Mágico González en ataque. Jugaba de mediapunta, delantero y algunas veces también en el centro del campo. La gente en el Carranza decía que yo bailaba jugando. Dios me dio el don de poder bailar con mi gente, y también de poder jugar al fútbol".

Cuenta que el día del ascenso su barrio, al igual que todo el pueblo de Jerez, estalló de alegría. "Lola Flores habría dicho: 'soy de Jerez, y el Xerez es de Primera'. Aquí hay muchos cantaores muy xerecistas, como Morao, Capullo de Jerez, Moneo, no sé, somos muchos".

Su pasión. Pasa muchas horas en el tablao más popular de la ciudad, el de la Peña Tio José de Paula. Sin embargo, no se olvida de su Xerez. "Yo he jugado varias veces en el Santiago Bernabéu con la camiseta del Cádiz, que también me dio mucho, y por experiencia sé que te hacen muchos goles juegues mal o lo hagas bien. Por lo tanto, lo mejor es que salgan al ataque y que no especulen con el resultado".