Jarque por fin tiene su victoria

Liga BBVA | Deportivo 2 - Espanyol 3

Jarque por fin tiene su victoria

Jarque por fin tiene su victoria

Un Espanyol coral dominó en Riazor. El Depor pagó sus errores atrás. Callejón, Adrián, Forlín, Verdú y Lassad, los goleadores. Posible penalti de Pareja

A la tercera fue la vencida y el Espanyol por fin pudo dedicarle una victoria al desaparecido Dani Jarque. Y lo hizo por la puerta grande, sobreponiéndose a las bajas de su figuras (Tamudo, De la Peña y Nakamura), a las que se unió a última hora Iván Alonso; olvidándose de que su casillero marcaba cero puntos y cero goles; y todo en un partido coral en el que dominaron a un Deportivo que sólo estuvo en Riazor en el tramo final.

El partido partía de unas premisas que quedaron destrozadas cuando Teixeira pitó el final: la falta de gol del Espanyol y la solidez defensiva del Deportivo. La primera queda clara en el marcador, porque no es nada fácil hacer tres goles fuera de casa. La segunda no es tan palpable, pero los regalos de la zaga coruñesa llevaron lacito, y a eso nadie le hace ascos. Asistencia de lujo de David García (no recuerdo muchas), un central como Forlín peinando a placer un perfecto centro de Callejón, y mil puertas abiertas. Durante la semana, Lotina había insistido mucho en intentar corregir desajustes en defensa, y visto lo visto ayer, queda mucho trabajo por delante.

Una de las principales virtudes del Espanyol fue la de olvidarse de bajas y complejos y salir a por el balón desde el primer minuto. El dominio táctico se transformó en gol muy pronto, cuando Callejón aprovechó el rechace de un remate de Pareja al larguero tras un córner para batir a placer a Aranzubía. Antes había avisado Coro, que no supo resolver un mano a mano con el riojano tras ganarle la espalda a Filipe. Mientras, el Deportivo había avisado con un duro disparo de Riki tras un falta a la que Kameni respondió con seguridad. Fluidez y velocidad contra balón parado. Cuando un partido está igualado, la estrategia puede decidir, pero normalmente el argumento del fútbol, de rasear el balón, suele funcionar mucho mejor.

Con todo, los coruñeses volvieron al partido gracias a una genialidad de Valerón que Adrián no desaprovechó. El Deportivo era un auténtico desierto de fútbol y el Flaco su oasis, aunque su agua no llega para saciar la sed cuando el rival está centrado.

Si Valerón tuvo presencia, Verdú no se quedó manco. El catalán jugó un gran partido que culminó con un gol que terminó por encender a un Riazor que, a falta de emoción, descargó sus frustración sobre el ex deportivista. Sus estilos son distintos, sus cualidades son diferentes, pero ayer se vio que juntos podían formar un tándem de lujo. Y es que Pochettino ha situado a Verdú en el doble pivote, mientras que en su etapa coruñesa Lotina apostaba por verlo en la mediapunta, cerrándole así el paso al Flaco. Ahora ya es tarde, pero la imaginación vuela viendo la falta de creatividad de la pareja que forman Juan Rodríguez y Juca. Esfuerzo no se les puede negar, pero por ahí comienza la debilidad de un Depor que va camino de convertirse en valerondependiente si nadie más es capaz de crear.

Triple cambio. Lotina no debe pensar lo mismo, ya que buscó la reacción con un triple cambio en la zona de ataque en el minuto 60 que no afectó a sus pivotes. El fútbol del Deportivo no cambió un ápice, pero los miedos internos del Espanyol y el gol de Lassad dieron al partido una emoción final que realmente no debió existir. De hecho, los coruñeses incluso pudieron empatar si Teixeira pita un absurdo penalti de un descontrolado Pareja en un rebumbio en el área. Y es que el Deportivo de ayer nunca podría haber ganado el partido, pero el Espanyol demostró que sí era capaz de perderlo.

La victoria en Riazor llevará calma a un Espanyol que ayer comprobó que los jóvenes aprietan, juegan y tienen lo que hay que tener para no amilanarse cuando las estrellas no están. Hay relevo. En el Depor sin embargo, las miradas se cruzan entre pasado y futuro. El Valerón de esta temporada es lo mejor que tiene Lotina hasta ahora, aunque su apuesta a largo plazo se llama Lassad y Adrián, y ayer los dos marcaron. No se consuela el que no quiere, aunque como el Depor no ajuste piezas, la ilusión puede tornarse en tormenta.