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Europa League | Lille 1 - Valencia 1

Mata arregla el desastre de Unai

El técnico introdujo diez cambios en el once inicial. El asturiano marcó en la primera bola que tocaba.

Miguel Á. Vara
Actualizado a
<b>SALVADOR. </b>César volvió a estar bajo palos y realizó intervenciones meritorias salvando a los suyos en más de una ocasión.
SALVADOR. César volvió a estar bajo palos y realizó intervenciones meritorias salvando a los suyos en más de una ocasión.

Emery respiraba tranquilo porque Mata había arreglado su desaguisado marcando al minuto de salir. Es lo que tiene sacar a los buenos, que solucionan los partidos. Al técnico y al valencianismo se le estaba pasando ya el canguelo tras el tanto del Mata-dor cuando su defensa cometió el enésimo fallo y le costó el empate, castigo menor a tenor de lo visto. Porque los chés tuvieron sus ocasiones sí, pero el Lille fue el que más y mejor llegó y sólo un gran César evitó una derrota que habría escocido por la manera de producirse, porque Emery rebajó a un segundo escalón a esta Europa League alineando un once con diez cambios. Esperar que todos se entendieran, que no hubiera desajustes, que Maduro sea un buen central, que en Míchel apareciera un creador era un imposible y así fue. Los chés salieron vivos, pero aún andarán temblando porque en su debut europeo un rival inferior, inferior al Valencia de verdad o al menos a una combinación lógica de titulares y suplentes, le tuvo contra las cuerdas. Al menos, que el susto sirva para que Unai aprenda que las rotaciones están bien, pero en su justa medida.

Porque Emery apostó por la rotación masiva, sin término medio. Diez cambios y el único que repetía, Bruno, cambiado de banda, para que nada fuera como había sido. Y de entrada parecía que la revolución iba a ser positiva porque en diez minutos Joaquín se adueñó del partido y, con dos entradas de lujo, pudo sentenciar el choque, pero primero Zigic no aprovechó su regalo y, después, el larguero evitó su gol. El Valencia mandaba sin sufrir, pero en cuanto el Lille hizo suya la medular el que sufrió fue César. Albelda no daba a basto y el experimento de Míchel en el mediocentro no funcionaba, porque el chico no es mediocentro y ni corta ni distribuye. Así, los locales empezaron a llegar con la velocidad y potencia de Aubameyang y con la calidad y desborde de Hazard.

El campo se volcó hacia el área valencianista y sólo la magnífica actuación de César evitó los tantos franceses (22', 24' y 25'). Un gol bien anulado al Lille en el 30' fue el momento culminante del asedio francés, dejando patente que la zaga ché era un coladero y que la rotación total no funcionaba. Eso sí, todo pudo cambiar antes cuando Miku encaraba a Butelle y fue claramente derribado, lo que debió dejar al Lille con diez.

Unai debió recalcarle a los suyos en el vestuario que, o espabilaban o se iban a condenar al banquillo muchos partidos, así que espabilaron y el arranque del segundo acto volvió a ser suyo. Pero la historia se repitió porque de nuevo el Lille se vino arriba ante la ineficacia ché y César tuvo que volver a vestirse de salvador. Era evidente que los chés no carburaban, faltaba la necesaria compenetración imposible en un once en el que muchos estaban juntos por primera vez. Emery lo terminó de empeorar retirando a Miku, que era de lo mejor, aunque al menos la entrada de Banega les dotó de un cerebro y la de Mata trajo el gol. Parecía que el asturiano iba a maquillar la mala imagen, pero Gervinho aprovechó un fallo de Bruno y firmó unas tablas a las que aún hay que dar gracias.