Fiesta grande en Chapín

Jerez lleva tiempo de fiesta. Su equipo es debutante en Primera División y el sueño de ver un partido de la máxima categoría en Chapín se hará realidad esta misma noche. Una ciudad entera estará volcada con los de Ziganda. El Xerez se hace mayor ante el Athletic, que quedará como el primer rival de élite que pisó el verde jerezano. Claro está, los rojiblancos no pretenden conformarse con eso. El equipo de Caparrós quiere una victoria que convierta en inmaculado su inicio de temporada: dos victorias en dos partidos del campeonato en vísperas de iniciar su participación en la Liga Europea. Casi nada.

Queda probado que a estas alturas del torneo es imposible la ansiedad, pero esta máxima tiene una salvedad en el Xerez, que arrancará el encuentro como si estuviese en juego el trofeo más jugoso del mundo. En realidad, lo de esta noche es toda una final para los jerezanos, que quieren sacarse de golpe el cartel de candidato al pozo. Los que se agarran a ese argumento dicen que el Xerez ha hecho la plantilla a la carrera, que se ha quedado con lo que nadie quería, que los fichajes no son de garantías... ¿Y? El fútbol no sabe de teorías. Al contrario, "manda el verde", que es una frase que en más de una ocasión utiliza Caparrós.

No es hora de ponerse a evaluar plantillas, ni de mirar por lo que jugará uno y otro equipo al final de temporada, ni de acordarse de que el Athletic está clasificado para la Liga Europea. Eso no cuenta en noventa minutos. Una hora y media que para el Xerez será una mezcla de reivindicación y disfrute colectivo. Sólo hay que ver cómo están los aficionados, que enarbolan banderas desde la víspera y que hoy tendrán una jornada de aúpa con la carpa que han organizado las peñas en las cercanías del estadio.

Calor.

El Athletic tampoco estará cojo en los apoyos (que para algo hay cientos de peñistas en la provincia), pero tampoco es algo que preocupe demasiado porque el partido no se gana en la grada. Lo de los puntos es cosa de otro tipo de méritos.

El Xerez se mantendrá fiel a su ideario del verano y a lo que ya apuntó hace dos semanas en Son Moix: le gusta el balón y lo quiere siempre cerca. Frente a ese retocar del más clásico estilo andaluz, el Athletic se tirará a por el ritmo, que no se debe traducir por el patadón y tente tieso. La Premier es el máximo ejemplo de ritmo y allí hay grandes peloteros.

El de hoy es un choque sin antecedentes porque es imposible medir lo que supone debutar en Primera ante tu gente. El Athletic tampoco lo tendrá fácil. Enfrente tiene a un grupo dispuesto a dejarse el alma. Habrá que igualar esa ambición para salir victorioso.