"Por un partido no hay que subirse a las nubes"

Un día más, Trashorras termina como el crack del partido. ¿No le empieza a aburrir eso de ser la estrella del equipo?

Bueno, no me gusta demasiado la palabra estrella, pero es verdad que me salió un buen partido.

Nos decía el miércoles que estuviéramos tranquilos porque no iba a ser el pichichi de Segunda. No obstante, el camino lo lleva...

Los goles están ahí, es cierto, pero siempre he dicho que eso es un poco anecdótico. Ahora los estoy metiendo. Ojalá pueda marcar muchos más y esta racha dure mucho tiempo, pero ya sabemos cómo va esto. Unas veces los metes hasta sin querer y otras veces cuesta horrores.

Anecdótico sí, pero también es verdad que marcar goles muchas veces es cuestión de confianza. Y ahora la tiene, y mucha. ¿No lo ve así?

Sí, eso no lo vamos a negar. Cuando más confianza tienes, las cosas te salen mejor. Y ése es mi caso. Me encuentro bien, siento mucho la confianza del entrenador, me lo demuestra cada día. Para mí es importante. Lo de hacer goles está surgiendo ahora, pero yo me quedo con el trabajo que está haciendo el equipo. Cada vez estamos mejor.

¿Fue el de Salamanca su mejor partido con la camiseta del Celta?

No lo sé, puede ser. Sí fue un buen partido, pero no sé si el mejor o uno de los mejores. Me encontré a gusto y eso es gracias al trabajo que hizo todo el equipo. No me gusta individualizar demasiado y prefiero tener en cuenta que para que yo destaque tiene que haber gente detrás que te haga la labor más sucia y otra gente arriba que haga buenos desmarques y llegue a tus pases.

El lado amargo es que en el Helmántico sí destacó todo el equipo, se pudo golear y se volvió con un punto que sabe a poquísimo...

La sensación del partido es que el punto es muy poco, aunque puntuar fuera de casa siempre es bueno y, sobre todo, dando la imagen que dejó el equipo. Salvo una parte del partido contra el Numancia, el Celta está mostrando su mejor cara. Merecimos ganar al Salamanca ampliamente, no pudo ser así, pero fuimos muchos mejores.

¿Jugando así se puede soñar con todo?

Dejémoslo en que jugando así tienes más opciones de ganar. ¿Soñar? Todos soñamos con lo máximo, pero teniendo los pies en el suelo y yendo semana a semana. No hay que subirse a las nubes por un partido ni tirar las campanas al vuelo. Hay que estar tranquilos porque esto acaba de empezar, aunque es cierto que el equipo está dando buenas sensaciones.

Decía Juan Carlos Oliva después del partido del domingo que ya se esperaba a un Celta con tanta calidad. Su estilo de toque está dejando huella en la Segunda del patadón.

Sabemos cuál es la idea que quiere plasmar el míster y yo creo que estamos consiguiendo plasmarla. Somos un equipo atrevido, valiente, que quiere el balón, pero que tampoco obvia el tema defensivo. Cada vez nos crean menos ocasiones, presionamos mejor, esa es la idea del entrenador y a mí, lógicamente, me beneficia.

¿No le parece que el Celta se está ganando otra vez el respeto perdido? Llevan sólo un punto, pero empiezan a recoger muchos elogios.

El Celta siempre merece un respeto por su nombre y su historia, pero es verdad que también hay que ganárselo en el campo con juego y con resultados. Queremos ganarnos ese respeto en la categoría.

Una de las cosas que más está gustando en Vigo es el descaro y la calidad de los canteranos. Abalo y Hugo Mallo, por ejemplo, impresionantes. ¿Le está sorprendiendo ese rendimiento?

No, no me sorprende para nada. Los conozco perfectamente, me entreno todos los días con ellos y son gente que tiene unas cualidades espectaculares y, si el míster y el cuerpo técnico han decidido tenerlos arriba, es porque mejor que ellos no lo sabe nadie. Valen perfectamente para jugar en el Celta y se está viendo. Cada día van creciendo más. Eso sí, no hay que cargarles a ellos con toda la responsabilidad, ni exigirle más de lo que se debe hacer a un chaval de 19 ó 20 años.