Los pecados del Diego

Agüero. No se entiende que en un partido tan importante siente en el banquillo al crack del Atlético (además su yerno), que ha arrancado la temporada en gran forma en el Atlético. Maradona eligió la garra de Tévez, pero Carlitos no remató ni una vez a puerta en los primeros 45 minutos. El Kun entró tras el descanso, cuando remontar era ya una misión si no imposible, sí difícil por el caos futbolístico de Argentina.

Higuaín. Ante la falta de gol y creatividad, ni el juego del Pipita ni los 24 goles de la temporada pasada con el Madrid han convencido a Maradona. Incluso, se atrevió a citar al casi retirado Palermo para hacer hueco antes que a él. Para colmo, el Pelusa no piensa rectificar: "Los 23 que irán al Mundial están en Rosario", dijo antes del partido ante Brasil.

Errores defensivos. Dada la juventud de la pareja de centrales Otamendi-Domínguez, los veteranos debían hacerse cargo del equipo. Heinze dejó libre a Luisao para marcar de cabeza el 0-1: el ex madridista ya no va... Y nadie molestó a Luis Fabiano antes de empujar el rechace de Andújar para el 0-2.

Riquelme. Una indiscreción de Maradona hizo que el mediapunta de Boca renunciara a la albiceleste y el enfrentamiento se enquistó. Su ausencia hace que Verón, a sus 34 años, cargue con toda la responsabilidad en el centro del campo. Falta mucha creatividad y talento en el medio y a balón parado.

Messi. Existen dos Messi. Uno juega en el Barcelona y es uno de los mejores jugadores del mundo. Al otro, el que juega con la selección argentina, le exigen demasiado y nunca acaba de parecerse al que viste de azulgrana. Desde que está Maradona, Messi parece menos aunque juega con el mítico 10 a la espalda.

Rosario. "La verdadera caldera es la Bombonera" advirtió Zico en la previa. Maradona eligió jugar en Rosario para que Brasil sintiera toda la presión del público, pero tras el 0-2 se callaron los hinchas argentinos y la canarinha pasó por el partido sin sentir apuros.

Falta de sorpresa. Maradona confirmó el once titular 48 horas antes del partido dando todo el tiempo del mundo a Dunga para preparar la estrategia.