La última lesión de Juanlu Hens va camino de convertirse en un problema de marca mayor para el futbolista cordobés y para el cuerpo técnico del Tenerife. De haberse cumplido las previsiones, el interior blanquiazul ya debería de estar entrenándose junto a sus compañeros y además con normalidad. No obstante, y lejos de cumplirse los mejores presagios, los pronósticos menos halagüeños han sido los que han cobrado cuerpo hasta concebir ciertas dudas de que el futbolista pueda estar apto incluso para jugar el domingo ante el Osasuna.

Ayer se cumplieron tres semanas desde que Juanlu cayó lesionado en un amistoso contra el Betis, ahí cuando se le diagnosticó un esguince de tobillo de grado 1-2. Ausente a consecuencia de este percance tanto en el siguiente partido de preparación ante el Lanzarote como también en la presentación, ante el NEC, Hens incluso llegó a decir que tenía esperanzas de disputar el choque inaugural de la Liga. Pero no fue así.

Lo que nadie esperaba, a esas alturas, es que su indisponibilidad se prolongara todavía más. De hecho, el parón de la competición le vendría mejor que a nadie. No obstante, ayer volvió a resentirse. Todo un entrenamiento realizado con suma precaución, a la vera del readaptador físico, acabó con la peor noticia posible: "Al terminar la sesión, ha sufrido molestias en el tobillo", confirmaba Juan José Valencia, jefe de los servicios médicos.

Tal contingencia lo cambia todo. Desde la certeza de que Juanlu estaría disponible para el debut en casa, hasta los planes para el domingo y el lunes de descanso. Mientras el equipo disfrutará de días libres, el andaluz se someterá a nuevas pruebas. Pero su concurso vuelve a estar en el alero y, con ello, también la posibilidad de que Alfaro vuelva a jugar de mediapunta.