Xabi Castillo
"Ya me gustaría jugar tanto como Larrazabal"
Regresó al equipo en la jornada anterior y su aportación mejoró el juego de un Athletic que además ganó su segundo partido. Es muy probable que repita ante el Betis. Ganar en casa aparece ahora como el reto inaplazable, un paso más para eludir los agobios de años anteriores.
Recorrió la autopista en un sentido y ahora lo ha hecho en el inverso. ¿Qué tal este último viaje?
Bien porque ha sido un paso adelante. He dejado la Real, que ahora está en Segunda División, para jugar en Primera y además para hacerlo en el Athletic.
¿Sigue jugando a pelota?
No, nada. Es algo que ya tengo olvidado. Eso sí, suelo ver pelota cuando dan por la televisión, pero jugar, que va.
Su afición al frontón condicionó su carrera. En Lezama querían que se dedicase sólo al fútbol, pero usted prefería compaginar y se fue.
Me llegó el momento de decidir, todavía era muy joven y no sabes muy bien por dónde quieres tirar. Como en el Athletic no me dejaban compaginar los dos deportes me fui a la Cultural de Durango y allí estuve dos años jugando al fútbol y a mano, aunque ya el segundo año estuve como cedido de la Real.
¿De qué jugaba?
Era delantero. La verdad es que se me daba nada mal y por eso tenía mis dudas. Si te ves más flojo en un deporte pues te inclinas por el otro, pero...
Cuando sucedió todo aquello pensaría que la posibilidad de llegar al Athletic se desvanecía para siempre.
Hombre, el fútbol da muchas vueltas y hoy en día más. Sí, cuando tomé aquella decisión y dejé el Athletic no pensaba que volvería. Aquí estuve cinco años antes de irme y eso ahora me ha venido bien porque conozco a mucha gente en el club y su funcionamiento.
¿Hay algún detalle o cuestión que le llame la atención y distinga a la Real del Athletic?
Se ve que el Athletic tiene más gente detrás, más peso, más historia. Vayas donde vayas hay gente del Athletic. Y el club nunca ha estado en Segunda División y eso también marca.
Todo eso, la afición y la historia, se puede traducir para el futbolista en una mayor presión. ¿Qué opina?
En el fútbol siempre hay unos objetivos. Todo jugador al que le guste su trabajo tiene una presión. En el caso del Athletic existen factores especiales como su filosofía o lo que he dicho de que siempre ha estado en Primera, que son argumentos para que el jugador se exija al máximo. Pero no creo que haya una presión extra en el Athletic, el profesional debe cumplir allá donde esté.
Sabrá que la demarcación de lateral izquierdo en el Athletic está sometida a cambios constantes en los últimos tiempos.
Sí, es un puesto que lleva varios cambios de jugadores en estos años.
Pasa un poco como con la portería, que si después de Carmelo e Iribar no hay nadie capaz de cubrir una década. En el lateral, desde que Larrazabal se retiró...
Puede que pese la sombra de Larrazabal. Es difícil estar trece años seguidos jugando en un mismo equipo, puede que su ejemplo influya en que luego haya habido tanto movimiento. Pero bueno, a eso hemos venido, a trabajar, a tener continuidad, a intentar que haya estabilidad en ese puesto.
Larrazabal y usted son laterales de corte distinto.
Por mi edad no tengo muy claro cómo era Larrazabal.
Un buen defensor, muy regular en su rendimiento, siempre disponible y sin excesiva tendencia a subir por la banda.
Bueno, pues entonces algo diferentes sí que somos. A mí me gusta, cuando tengo la oportunidad, tirar hacia arriba, pero su trayectoria es impresionante. Ya nos gustaría a los demás jugar todos esos años en Primera y aquí.
Por cierto, actuó como central en un par de amistosos este verano. ¿Lo había hecho antes?
En mi vida había jugado de central. Fue algo circunstancial, coincidió que había escasez de efectivos y por eso me pusieron ahí en el triangular de Portugalete y luego en Luarca.
Es consciente de que se ha hecho famoso en la otra punta del mundo por haber estado emparejado con Nakamura. Hubo treinta periodistas japoneses siguiendo el partido.
Sí, en la sala de prensa vi unos cuantos. Ya sé que cuando fue presentado en el Espanyol movió mucha prensa.
¿Qué tal se llevó con él?
Bien, nos cambiamos la camiseta y hablamos al final. Me pareció un tipo agradable.
Y de su actuación, ¿qué dice, se quedó a gusto? Era su estreno en Liga con el Athletic.
Acabé contento el partido. Defensivamente no pasé muchos apuros, luego está claro que en ataque no me incorporé, pero hay días en que no hay tanto margen para hacerlo. En general, contento con lo que hice. Todavía son los primeros partidos después de haber cambiado de equipo y poco a poco iré cogiendo más confianza y haciendo las cosas mejor.
¿Qué le separa al Castillo actual del Castillo asentado, a pleno rendimiento?
Yo creo que tengo un margen de mejora muy amplio. Lo importante en este momento es ir teniendo sensaciones positivas en el grupo y dentro del campo. Por mi puesto, lo más importante es defender, estar acertado posicionalmente para tapar mi lado. Lo demás, lo de subir a campo contrario, atacar, luego viene solo. También es verdad que un jugador cuando es nuevo en un equipo agradece que durante su período de adaptación los resultados sean buenos.
También usted, como admitió Caparrós, percibió un ambiente un tanto cargado en vísperas de la visita del Espanyol.
Ya llevo unos años en el fútbol y veo claro que lo que manda es el resultado. El juego, pues bueno, en una temporada hay picos, hay de todo, fases en las que el equipo está mejor o peor, pero lo que queda es el resultado.
Ya, pero la imagen del equipo algún valor tiene, sobre todo si ante rivales menores se hace un fútbol tan pobre, que es lo que pasó con Young Boys y Tromsoe.
Para meternos en la liguilla de la UEFA hemos sufrido muchísimo, no hemos hecho en esos partidos un buen juego, pero yo tengo claro que prefiero esto que haber quedado eliminados haciendo un mejor fútbol porque entonces sí que la gente hubiese estado mosqueada. El domingo contra el Espanyol se hizo un partido mejor. Estoy seguro de que en el futuro también nos ayudará el hecho de no tener la presión que ha habido por clasificarnos y seguir en Europa.
Entonces, hay que estar contentos y punto.
El Young Boys no era un mal equipo. No sé cómo estará ahora, pero cuando jugamos nosotros era el líder de Suiza, que ya sé que no es una liga como la de aquí. Cada vez hay mayor igualdad en el fútbol y cuesta ganar a cualquiera. Sí reconozco que el partido que hicimos en Tromsoe fue bastante malo.
¿Y el de San Mamés contra los noruegos?
¿El de aquí? También, pero es muy importante ganar cuando no se consigue jugar bien. Volviendo al del Espanyol, nosotros hicimos un partido serio, ellos estuvieron peor. Para llegar a picos de buen juego conviene ir ganando, sumando puntos, porque la mejora ya llegará.
¿Considera excesivas las críticas al comportamiento del equipo?
He aprendido a entender que hay todo tipo de opiniones y en parte comparto esas críticas. Hemos pasado sin jugar bien, pero si nos dicen de antemano que así sería y que además empezaríamos la Liga ganando, firma todo el mundo debajo. Y esto no quita para que sea autocrítico, ni pretendo excusar nada. A nosotros también nos gustaría ganar jugando bien.
Parece que va a participar en la estrategia.
En la Real ya sacaba córners y faltas. Si el técnico me lo pide, estoy dispuesto.
¿Penaltis?
No suelo tirar.
El toque de su zurda es algo que le caracteriza como futbolista.
Cada cual tiene lo suyo, unos el dribling, otros el salto,... Lo mío puede ser el golpeo.
Ahora se le ve centrando desde muy lejos al área, ¿para cuándo pisar línea de fondo?
Es algo que me encanta, subir combinando y poner un buen centro. No tengo prisa, sé que va a llegar.