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ARGENTINA 1 - BRASIL 3

Brasil se clasifica y de paso mata a Argentina

Brasil, sin hacer gran cosa sobre el terreno de juego, sella su clasificación para el Mundial de Suráfrica tras vencer a una Argentina con graves errores defensivos.

DAVID F. SANCHIDRIÁN
Argentina 1 - Brasil 3
Argentina 1 - Brasil 3

La Batalla de Rosario, como rebautizaron en Argentina el trascendental choque ante Brasil, llegaba cargado de emociones y, por qué no decirlo, de contradicciones. La expectación que emerge en torno a este partido es de sobra contrastada, pero si le añades el dramatismo local por lograr la clasificación para el Mundial de 2010 y, encima, Brasil te visita con una sonrisa de oreja a oreja (es primero y hoy obtuvo el billete a Suráfrica), la agitación se multiplica. Pero algo chirriaba en este Argentina-Brasil. Las dos federaciones han decidido sentar en el banco a dos jugadores insignias del pasado. Dunga, que levantó la Copa del Mundo en el 94, y Maradona, hizo lo propio en el 86. Pero su buen hacer dentro de la cancha, equidista con el fútbol desplegado en los últimos tiempos por ambos combinados. Aún así, Dunga ha logrado desviar la atención con la Copa Confederaciones y tiene los deberes ya hechos para la clasificación del Mundial de 2010 pero el juego y el espectáculo es una de las asignaturas pendientes.

Peor le va a Maradona que ya ha sufrido duros varapalos (en Bolivia perdió 6-1) y saltó al chiquito campo del Gigante de Arroyito con una necesidad imperiosa por el triunfo pero con un balón de oxígeno después de que Colombia se deshiciera dos horas antes de su inmediato perseguidor Ecuador y Perú hiciera lo propio ante Uruguay. Aún así, los albicelestes no quisieron especular y a los 40 segundos de partido dispusieron de la primera llegada tras un robo en el medio campo y al primer toque, los locales lograron el saque de esquina y el primer aviso. El comienzo fue una pesadilla para los de Dunga. Ahogados en su propia área, la zaga brasileña se limitaba a romper el balón arriba. Era el momento de asestar el primer golpe y Verón lo tenía claro.

La Brujita lució galones convirtiéndose en el mejor peón del tablero. Su fuerza se propagó en compañeros como Messi y prueba de ello fueron las dos oportunidades de las que dispuso antes del minuto 18. Argentina ya contaba con la conexión Verón-Messi y Brasil, sin ninguna conexión, se limitaba a observar, a jugar con fuego y esperar un golpe de suerte. Y vaya si llegó. Aunque más bien no fue un golpe de azar sino una sucesión de despistes que puede costar un billete a Suráfrica. Y es que sin hacer prácticamente nada, Brasil se encontró con dos goles en seis minutos y ambos por fallos defensivos. El primero vino de una falta botada por Elano que Luisao, incompresiblemente libre de marca, cabeceó al palo contrario sin que Andujar pudiera hacer nada. Y a la media hora de juego el meta argentino rechazó un balón dentro del área y sin ningún central por la zona, el sevillista Luis Fabiano dejó a los de Maradona boquiabiertos, desorientados y desesperados.

Sin quemar ni un solo cartucho, Brasil ya tenía lo que quería. Era protagonista de una película que le iba ala perfección. Sin noticias de Kaká ni de Robinho, los de Dunga dejaban jugar para aprovechar las únicas oportunidades. Y Argentina, sin rumbo ni aplicación defensiva, únicamente pudo intimidar a Julio César antes del descanso con un disparo de Maxi pero el cancerbero del Inter desbarató la ocasión.

Un golazo por cada bando

Con una jugada calcada a la del primer tanto pero con distinto final, el descanso llegó a Rosario. Tras los quince minutos de charla, Maradona decidió meter más pólvora arriba con la entrada de Agüero por Maxi pero el seleccionador no estudió la forma de conectar con ellos desde el centro del campo. Es tan llamativa la cantidad y la calidad arriba como inexplicable la falta de creación en el medio. Y menos mal que hoy Verón estaba enchufado... Al igual que en la primera parte, Argentina seguía siendo el dueño del cuero pero incapaz de poner en peligro la portería visitante. Hasta que Dótalo se hartó y se sacó un zurdazo desde treinta metros para quitar las telarañas de la portería de Julio César y hacer soñar a la afición del Gigante de Arroyito.

Pero en esta película faltaba por aparecer Kaká. El madridista se reservó hasta el minuto 66 para demostrar, una vez más, la calidad que atesora en sus botas con un pase al hueco que dejó solo a Luis Fabiano para que el nueve de Brasil batiera a Andujar con una sutil vaselina y cerrara la clasificación de Brasil, empresa por la que tendrá que luchar duramente Argentina tras peder hoy La Batalla de Rosario y sin que su rival pegara un solo tiro.