La defensa es la gran preocupación de Mandiá

Carlos Mandiá no da con la tecla. Y más, tras las dudas generadas por el debut liguero del equipo. El técnico del Racing ya tiene muchas cosas claras respecto a su once tipo. Por ejemplo, las bandas, donde Arana y Serrano serán fijos mientras les aguante la gasolina y le respeten las sanciones y las lesiones. Sin embargo, en el resto de demarcaciones está probando muchas combinaciones y, a día de hoy, su próximo once para el Vicente Calderón no está definido.

La defensa es el puesto en el que está haciendo más experimentos porque ante el Getafe no le gustó ninguno de los cuatro que jugaron. Por eso, el técnico asturiano organizó ayer un partidillo en El Sardinero con dos tiempos de 25 minutos en los que ensayó con dos parejas distintas con un objetivo: buscar la contundencia que quiere para su zaga titular. En una jugó Henrique y Morris, y en la otra puso a Oriol con Torrejón.

La primera de ellas se manejó bastante bien. Henrique no se complicó mucho la vida mientras que el surafricano demostró muy buenas maneras. Estuvo rápido en la anticipación, bien colocado al corte y expeditivo. Por eso, sólo Munitis gozó de una clara ocasión que estrelló en el larguero y Geijo no disparó ni una sola vez a la portería de Coltorti.

En el equipo contrario se vieron más carencias. Ni Oriol ni Torrejón fueron capaces de frenar a dos canteranos como Uri y Canales que, con su velocidad, les complicaron mucho la vida. De hecho, Uri desnudó a la defensa en el primer tanto del partido al cogerle la espalda a los centrales y regatear al portero para batir a puerta vacía. Una jugada calcada a la que había desaprovechado dos minutos antes. Y, para colmo, Canales hizo el segundo en una gran contra que él mismo condujo y que finalizó con éxito sin que los centrales taparan su disparo desde la frontal (el zurdazo entró con algo de fortuna).

Medular.

Otra de las pruebas que Mandiá quiso probar ayer fue la pareja de centrocampistas Lacen-Diop. Las sensaciones fueron muy buenas. Sobre todo en la recuperación y el ritmo de juego. Aun así, las carencias a la hora de hilvanar con la delantera fueron contínuas. En el segundo tiempo, el entrenador cambió y puso a Colsa junto a Diop y dejó a Moratón con Lacen. La primera dupla no conectó nada bien mientras que la segunda se manejó mejor al estar bien escalonada.

Arriba, Uri brilló mientras que Geijo, a pesar de tener muy buenos movimientos, sigue sin ver puerta. Lo mejor para Mandiá es que aún quedan nueve días para jugar en el Calderón...