Iker Muniain es un valor en alza, un chaval que empieza a sorprender en la Liga por su desparpajo con la pelota y madurez a la hora de afrontar los partidos. Mauricio Pochettino, técnico del Espanyol, lo definió como un futbolista capza de "levantar estadios". Es la joya que tenía guardada Lezama, por lo que hace varios años, cuando clubes ingleses empezaron a acechar al navarro, fue atado por el Athletic. Correspondió el blindaje a la anterior directiva, que le firmó un contrato hasta el 2012 con una cláusula no muy elevada, pero como sucede en este tipo de acuerdos con los futbolistas de cantera, la cantidad se incrementa en función de los encuentros que dispute en Primera.

Fue Txema Noriega quien tomó la decisión de traerle a Lezama con 12 años, después de que Barcelona, Real Madrid y Liverpool se asomasen a ver a un niño del Txantrea del que hablaban maravillas. También estaba allí Iñigo Eguaras, un centrocampista de Antsoain al que pretendía el Espanyol y que está en el presente año en el Juvenil de Honor. Ambos llegaron de la mano.

Lejos del área. En lo que hay dudas es sobre la ubicación en la que le utiliza Caparrós. En los dos partidos en los que ha sido titular, contra el Tromsoe en casa y ante el Espanyol. ha actuado como interior izquierda, aunque en la segunda mitad, terminase en la posición de segundo delantero. De ahí que algunos de sus desbordes llegasen en zonas sin demasiada trascendencia en el campo. Sin embargo, el técnico está muy satisfecho con su aportación en el plano defensivo, ya que es un futbolista que mide muy bien sus acciones a la hora de presionar, controla bien las ayudas y mantiene un alto ritmo de juego. De hecho, apenas se le notó el paso de los minutos.