El campeón está vivo

Liga BBVA | Barcelona 3 - Sporting 0

El campeón está vivo

El campeón está vivo

enric fontcuberta / rodolfo molina

Goleó al Sporting en la noche que marcó Ibrahimovic

El campeón está vivo, no ha perdido su pegada y se dispone a reeditarse. Ni la baja de Messi, ni la de Henry, ni la de Iniesta o la de Márquez, nada parece quitarle la eficacia a un Barça que juega de memoria. Recién sumado el quinto título de la 'era Guardiola', ha comenzado la Liga con el hambre de un zampabollos. Le tocó al Sporting sufrir ese apetito y el estreno goleador de Zlatan Ibrahimovic, el más caro de la historia culé.

Con Chygrynskiy en el zurrón, Pep Guardiola alineó a siete canteranos en el equipo titular, mientras el ucranio miraba con expresión de flipado desde el palco. Acaso alucinara más, si cabe, por lo inverosímil de su fichaje, una millonada, cuando el semillero del Barça da tanto y de tan alto nivel. Xavi y Sergio se echaron el equipo al lomo y, tic, tac, tic, tac, tocaron y tocaron en busca de Ibrahimovic, otra grosería del mercado. Y el sueco, que lo busca y se pelea, apareció pero con cierto aire de indolencia en la definición, como cuando le dio flojito al primer palo, para que Juan Pablo le adivinara la intención.

Como cruzar un río embravecido con piedras en los bolsillos. Así fue la empresa que acometió el Sporting, lastrado con cinco bajas en su ya de por sí famélica situación si se compara con la opulencia del rival. Pese a eso, como en el fútbol no hay razones aritméticas que desmientan el orden y las ganas, aguantó más de lo que muchos agoreros le vaticinaban antes del partido. Incluso antes del gol de Bojan tuvo un par de ocasiones de ver de cerca a Valdés, que acabaron en error de Diego Castro y un tirito de Barral. Pero dio primero el Barça, solo Bojan en el segundo palo. Y repitió antes del descanso, esta vez con Keita y Piqué tan cómodos en el área del Sporting que les faltaba el cubata; marcó el malí, de cabeza. Y al descanso, que hace calor.

La reanudación trajo un par de lesiones -Maxwell y Bojan, poca cosa-, otras dos ocasiones fallidas del Sporting (De las Cuevas y Barral) y lo que esperaba la parroquia culé: el primer gol de Ibrahimovic, el hombre que debe hacer olvidar a un Etoo falto de 'feeling'. Centró Alves, la peinó el desacertado Gregory y el delantero sueco se lanzó en plancha, tan largo como es, para celebrar su estreno. Lo gritó con ganas el Camp Nou, que a menudo mide el talento en los millones que cuesta y otras veces (Hleb, Cáceres, Keirrison y tal) prefiere mirar hacia otro lado.

Y lo gritó en el suelo el propio Ibrahimovic, porque se le notaba que ya empezaba a molestarle la espera y el runrún de la grada y de los medios. Corrieron sus compañeros a abrazarlo, como aliviados al ver que el gran fichaje, el sustituto de Etoo ante el gol, se había quitado ese peso de encima. El campeón está vivo. Al loro.