Adrian Mutu (Rumanía, 8 de enero de 1979) tiene hasta las 24:00 de hoy para pagarle al Chelsea los 17 millones de euros que la FIFA considera que debe recibir el club inglés en base a lo que había pagado por él al Parma (22,8 millones de euros) y a las ganancias que dejó de tener al despedirle por estar sancionado por consumo de cocaína. Si no lo hace, la entidad blue podría pedir que la FIFA le prohíba jugar de por vida.

El rumano recurrió la multa al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), pero ésta dio la razón al Chelsea. El TAS considera que "el delantero rompió unilateralmente el contrato al consumir habitualmente cocaína". Lo curioso es que fue el propio Chelsea quien ordenó el control antidopaje que detectó la trampa y también fue el club el que decidió despedirle (podría haberle vendido a otro club) cuando la FA inglesa sancionó a Mutu con siete meses sin poder jugar. El jugador, que dijo que usaba esta sustancia para mejorar su vida sexual, llegó libre a la Juventus cuando cumplió la sanción y tras el Moggigate fue vendido por el club turinés a la Fiorentina por ocho millones de euros.