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liga bbva | barcelona 3 - sporting 0

El Barcelona, con el piloto automático

Sin la brillantez de las grandes ocasiones, el Barcelona solventó su primer partido liguero ante un Sporting que salió al Camp Nou apocado y se soltó durante algunos minutos hasta que entregó la cuchara víctima de su debilidad a balón parado. El Barcelona resolvió el partido en dos córners y controló sin problemas la segunda parte, en la que Zlatan se estrenó y se lesionaron Maxwell y Bojan. Guardiola rotó obligado por las bajas y el cansancio acumulado por los jugadores en la Supercopa de Europa.

<strong>TRIUNFO Y ESTRENO.</strong> Zlatan marcó su primer gol como jugador del Barcelona en una noche plácida para el Barcelona.
TRIUNFO Y ESTRENO. Zlatan marcó su primer gol como jugador del Barcelona en una noche plácida para el Barcelona.

Rotaciones día 1. La política que el año pasado dio un resultado tan extraordinario será de nuevo el pan nuestro de cada día para un Guardiola que maneja una plantilla de nuevo corta para las exigencias en las que se está acostumbrando a vivir este Barcelona pentacampeón que ha olvidado el significado de la palabra perder y que no entrega casi ninguna batalla y ninguna guerra. Una exigencia que incluye el juego. Tan mal nos ha acostumbrado este equipo que arqueamos la ceja en cuanto no resulta colosal. Y no lo fue ante el Sporting igual que no lo fue ante el Shakhtar. Pero en Mónaco ganó la quinta Copa y esta vez salvó con absoluta higiene y marcador lustroso el debut liguero.

Y lo hizo con un equipo de aspecto impecable pero con la artillería rebajada. Con Chygrynskiy recién aterrizado y Messi recién embarcado hacia Argentina. Con Iniesta y Márquez al borde de la reaparición, y con Abidal, Henry o Touré descansando tras la batalla de 72 horas antes en el patatal de Mónaco. Así que Guardiola se puso en manos de los canteranos (siete en el equipo titular), con Busquets en el eje del dibujo y un tridente formado por Ibrahimovic, Bojan y Pedrito, el chico de moda por tantas y tan buenas razones.

Golpes a balón parado

El partido fue un día más en la oficina para el Barcelona, aunque con algunos de los vicios que ya mostró ante el Shakhtar. Será el calor y el calentamiento de motores con toda la temporada por delante. Será la baja de Iniesta recrudecida esta vez por la ausencia de Messi. O será la búsqueda de variantes que sorprendan a rivales que juegan tan pendientes de ti. Por una u otra razón, el Barça abusó del toque horizontal y más lento de lo habitual, de los balones en largo y de la distribución de Piqué con los laterales demasiado encajados en el ataque, devorando el espacio de los extremos. Creó el Barcelona menos ocasiones de lo habitual y no fue ese equipo absolutamente maravilloso en el que se convierte cuando multiplica la velocidad: de movimientos, de balón y de pensamiento. Zlatan, constantemente bajo la lupa, volvió a tener una actuación tibia aunque de menos a más. En muchas acciones volvió a parecer falto de chispa y buscó el gol sin suerte hasta que lo encontró en la segunda parte. Un estreno para espantar fantasmas y allanar el camino de la integración.

Mejor estuvieron Pedrito y Bojan, seguramente los más eléctricos del Barcelona. La pretemporada les ha cargado las baterías y, con la confianza al máximo, de sus movimientos y sus intenciones salieron la mayoría de los mejores momentos del Barcelona. Xavi, que debe estar contando los minutos para el regreso de Iniesta, volvió a estar muy vigilado y se limitó a dejar pequeñas dosis del muestrario habitual: un sombrero, un pase, un cambio de juego...

Sin la tonelada de ocasiones que acostumbran a adornar los partidos del Camp Nou, el Barcelona fue práctico y evitó mayores complicaciones a base de jugadas a balón parado, un arma de la que el equipo de Guardiola vuelve a sacar partido y que es oro cuando se enredan los partidos. Y este pudo enredarse porque el Sporting, que empezó timorato y algo acomplejado, descubrió que podía tocar el balón y tuvo algunos minutos de alivio en los que Diego Castro falló ante Valdés. Después, y cuando el Barcelona amenazaba con volverse reiterativo y previsible, llegaron los goles: Ketia peinó en el primer palo un córner que remachó Bojan y Ketia también remató el segundo gol después de entrar con furia a rematar otro corner que pasó por los pies de Alves.

Lesiones y estreno de Zlatan

Con los dos goles, el Barcelona sintió que el trabajo estaba hecho y no tuvo más distracción que un par de arreones del Sporting y las lesiones de Maxwell y Bojan, sustituidos para poner la mala noticia en una noche de lo más plácida. La buena fue el estreno de Zlatan, que remató en plancha un centro de Alves que Gregory tocó pero no despejó. El sueco soltó adrenalina y hasta parecía más ligero en sus siguientes carreras y más alegre en sus siguientes intervenciones. Así es la psicología de los goleadores.

El gol de Ibrahimovic y el marcador vistoso terminó de dar lustre a la noche, y el Barcelona tuvo unos minutos más animados, en los que Pedrito siguió buscando el gol y demostrando que ahí tiene el Barça jugador más que útil. Cada jugada a balón parado seguía siendo un sufrimiento inenarrable para el Sporting, por lo demás bien plantado y esforzado, aunque tembloroso atrás y sin dinamita arriba. La dinamita, ya se sabe, es dinero y de eso no sobra precisamente en la recién estrenada temporada. O más bien está demasiado concentrada en algunos barrios, uno de ellos el Camp Nou, donde se perpetúa el estado de optimismo. La primera jornada ya es historia. Ni resaca de la Supercopa, ni gafe al estilo Numancia de la pasada temporada. Tres puntos y tres goles. Con el piloto automático, sí, pero es que el de este Barcelona es mucho piloto automático.