Liga BBVA | Real Madrid
Raúl sigue siendo el jefe y Kaká, el corazón
Lass y Xabi estabilizan, pero la defensa hace aguas
No fue fácil la victoria del Madrid, evidenciando el equipo de Pellegrini ciertas dudas de juego. Aún hay atascos, todavía no se presiona bien y el espectáculo llega más por impulsos que por ingenio. Se confirma el papel fundamental de Kaká como corazón del ataque y rebrota el inconformismo contagioso de Raúl, alma y jefe de maniobras del equipo blanco. El Depor lo hizo bien y hasta pudo dar un disgusto a Pellegrini en el remate que falló Valerón a placer. Pero en el Bernabéu no se puede perdonar porque se paga caro.
De lo visto ayer se concluye que siguen sin resolverse ciertos movimientos en el Madrid. Cristiano tardó en encontrar su lugar (mejor en la segunda parte) y el balón debería rodar más rápido, con menos toques para no ser previsibles. Asimismo, los goles de Riki y Valerón evidencian lagunas defensivas. Sobre todo en el primero de ellos, cabeceando a dos metros de Casillas.
Lo mejor del Madrid, lo que emocionó al público, fue su constancia en ataque. La insistencia, la forma de abrumar con oleadas agobiantes para el Depor. Kaká en corto, desde lejos, abriendo, entrando... Benzema peleando, Cristiano en velocidad y los laterales muy largos: bien Marcelo y aprobado para Arbeloa en su función de desatascar.
Y Raúl, ejemplar, presionante, con voz y mando absoluto. El más listo en el primer gol. Irreductible. El Bernabéu le despidió con ovación y Pellegrini no tiene dudas. Después, Higuaín, frío, tanto como Granero y Guti. Ojo, que el banquillo no dio la talla.