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Trofeo Bernabéu | Real Madrid - Rosemborg

Xabi y Kaká encauzan la pegada y Lass estabiliza

Sistema 4-2-2-2, mejora el toque, la presión y el gol.

Mejora el Madrid a pasos agigantados. Pellegrini mostró ayer sus cartas definitivas, con un once inicial tipo, ajustado a su dibujo ideal 4-2-2-2. El equipo de la primera parte dejó una sensación de gran seguridad atrás, estabilidad y orden en botas de Lass y Xabi, criterio de ataque con Kaká y pegada letal con Benzema en punta. A este repertorio, añadió Cristiano Ronaldo su intrínseca espectacularidad, de momento poco productiva, mientras que Raúl aportó lo habitual: trabajo y gol.

El combinado fue cogiendo cuerpo lentamente, hasta que se abrió la lata con el primer gol de Benzema y todos los jugadores soltaron los nervios. Entonces se asentaron las posiciones. Xabi y Kaká ejercieron de motores desde sus posiciones en la segunda y tercera líneas de dos. Lass fue escudero del primero y Raúl el apoyo permanente del brasileño.

El Madrid jugó siempre con la línea defensiva muy arriba, muchísimo. Los laterales, siempre largos, esta vez con Arbeloa en papel preponderante jaleado por Pellegrini desde el banquillo. Así el campo estuvo más abierto y el toque más fluido que en otros partidos. No sólo se atacó por el eje central, había alternativas.

En área, tanto con los titulares como con los suplentes, el Madrid muestra que tiene dinamita. Benzema lo selló con dos goles, pero las opciones en área son numerosas. Y un factor común: la versatilidad y dinamismo de cada jugador. De Kaká hacia arriba, todos juegan de todo. Son poco previsibles.