Cazorla la volvió a liar

El Villarreal no estaba ayer para bromas después del varapalo sufrido ante el Genoa y, para colmo, frente a la afi ción amarilla. El equipo que dirige Ernesto Valverde solventó por la vía rápida el duelo ante el Nàstic de Tarragona, última prueba antes de viajar a Breda para afrontar la eliminatoria de la Europa League, que es donde comienza el mambo de esta temporada. El �Txingurri� no se guardó nada: Diego López, Capdevila, Godín, Cazorla, Senna, Nilmar, Rossi... y bien que lo agradecería la grada del Nou Estadi, que vio cuánto de bien engrasada está la maquinaria amarilla, aunque tampoco fue para echar cohetes porque hizo muy buen fútbol pero el champán tan sólo duro una media hora. Sufi ciente para batir a los de Ferrando pues tampoco se trataba de emplear todas las fuerzas sino de guardarse muchas para Holanda. El partido en tierras catalanas tuvo muchos nombres pero sólo uno destacado en negrita, mayúsculas y subrayado: Santi Cazorla.

No es de extrañar que equipos como el Real Madrid lleven tiempo suspirando por él porque va creciendo a pasos agigantados. En Tarragona dio una lección de liderazgo y, tras intentarlo varias veces, lanzó un misil hacia la escuadra de la portería de Rubén Pérez que luego le serviría para arrancar los aplausos de la parroquia local. Pero hay que ir por partes. Quien hizo moverse el marcador fue Giuseppe Rossi. Si Cazorla le quitó en el 23� las telarañas a la escuadra del marco catalán, el italiano hizo lo propio con su cuenta anotadora, que estaba ávida de cambios desde hacía casi seis meses. En el 11�, Jorge le dio medio metro al �Bambino� y el internacional �azzurro� se lo hizo pagar tan caro como un zurdazo con rosca endiablada que se coló rozando el palo izquierdo. Luego le daría la réplica Cazorla con una cabalgada por la calle de enmedio que concluyó con el segundo de los amarillos.

Otro acontecimiento fue ver debutar como titular en esta pretemporada a Marcos Senna. Tuvo unos pocos minutos ante el Cacereño, unos pocos más frente al Genoa y ayer le tocaba hacerse la foto del once. El hispano-brasileño condujo al equipo amarillo con su mezcla de fi nura y contundencia y el Villarreal lo agradeció.

Diop y Bauzá se vieron superados en todo momento por el ciclón de juego amarillo en la primera mitad que luego se suavizó, tras el descanso, conforme llegaba el aluvión de cambios.

Golazo de Fuster.

El Nàstic no hizo todo lo que se esperaba de un equipo que quiere pelear por volver a Primera. Tan sólo subió el pistón cuando entraron los más jóvenes, sobre todo el carrilero Álex Cruz. David Fuster, con un bello gesto, regateando de tacón, puso la puntilla a pocos minutos del final.