¿Cómo se le ocurrió al Wigan apostar por usted? También tuvo ofertas de equipos españoles, ¿no?

Estaba involucrado en un proyecto muy especial desde hace dos años y medio. Pensaba que me iba a quedar en el Swansea cinco temporadas, pero el Wigan es un club especial. Es el que me trajo a Inglaterra allá por el año 95. Conozco al presidente porque este club es su pequeño sueño. Los hechos se precipitaron con mucha rapidez. El Wigan pagó tres millones de euros de compensación al Swansea y yo firmé inmediatamente. Es verdad que dos equipos españoles me quisieron, pero entiendo que, de momento, mi carrera deportiva debe estar ligada a la liga inglesa.

Aquí le llaman el "entrenador-británico-nacido-en-España" con mayor proyección. Le han adoptado.

He sabido separar la vida profesional de la personal. Trabajo en el Reino Unido porque es aquí donde me han dado grandísimas oportunidades, donde guardo las mejores vivencias profesionales. Pero mi casa está en Balaguer.

¿Le ha llamado Rafa Benítez tras conocer la noticia de su desembarco en la Premier y con el Wigan?

Hemos hablado un par de veces. Le admiro muchísimo, es un espejo en el que los jóvenes entrenadores, especialmente los españoles, debemos mirarnos. Está haciendo un trabajo excepcional en el Liverpool. No me ha dado consejos porque después de todo seremos rivales en el terreno de juego.

¿Qué objetivos se ha planteado con el Wigan?

Nos ha tocado un inicio de temporada durísimo, porque nos enfrentaremos en los seis primeros partidos a los favoritos a todo. Así que al principio se tratará de crear estilo, de poner en la cabeza de la plantilla la nueva filosofía de juego: control, posesión y mucho trabajo. Este verano hemos perdido a algunos de nuestros mejores jugadores (Heskey, Cattermole, Valencia) y queremos fichar a futbolistas prometedores que suban el nivel en nuestro club. Es una institución modesta, familiar, fruto del sueño de un hombre, el presidente Dave Whelan, que lo compró en el 94 para hacerlo equipo de Premier. Lo ha conseguido. Ahora vamos a luchar para entrar en el segundo grupo de la Premier. El de los equipos que se afianzan en el campeonato y miran hacia arriba en lugar de mirar hacia abajo para evitar el descenso.

Parece que la Premier sigue estando dividida en tres mini-ligas.

Es cuestión de mentalidad. Están los cuatro históricos que crecen cada año. Luego un grupo que incluye el Everton, Aston Villa, Tottenham y Manchester City, que tienen la misma infraestructura. Son muy similares, pero necesitan tener la mentalidad y confianza para subir un peldaño más. Y luego estamos el resto.