"Con 10 años Xabi era una miniatura de lo que ya es"

Xabi estudiaba en la Ikastola Ekintza de Donostia, tenía nueve añitos. Le seguimos durante un año, vimos que tenía potencial y a los 10 le comunicamos que queríamos llevarlo al Torneo internacional de Biarritz. Nos enamoró y se quedó... ¡hasta los 18 años!". Así comenzó la carrera futbolística de Xabi Alonso, el nuevo cerebro del Madrid que hoy vuelve a su casa para celebrar el Centenario de su Real. Lo cuenta Javier García Pitu, el primer técnico que tuvo el tolosarra cuando con 10 años le fichó el Antiguoko, conocido club de cantera del donostiarra barrio del Antiguo.

Pitu le entrenó durante sus primeros cuatro años como jugador federado y aún lo recuerda: "Me lo pasé bomba. A los 10 años era una miniatura de lo que es ahora. Ya entonces tenía algo. Dominaba la derecha, la izquierda, pase corto, largo, sacaba las faltas, córners... era un diamante que fuimos puliendo. Como nació en diciembre, siempre parecía más pequeño que los demás, pero eso no fue un impedimento. Lo suplía con el toque y la visión con los que ya destacaba por entonces".

Xabi empezó en el Antiguoko con otra de las perlas del fútbol guipuzcoano, Mikel Arteta, ahora en el Everton y con el que coincidió un mes en la Real.

Suerte.

"Xabi, de pequeño, ya era muy competitivo y no le gustaba perder ni a las canicas. Los tenía que poner juntos en los partidillos porque si no se daban de tortas para ganar. También tuvo suerte, porque coincidió con una gran generación: Aduriz, Azpilicueta...", comenta Pitu.

Xabi Alonso es el alumno aventajado de la docena de chavales que el Antiguoko ha conseguido que debuten en Primera. La culminación de ese trabajo llega con el fichaje del tolosarra por el Madrid. "Es lo máximo, la aspiración principal de nuestra labor. Conseguir esto es muy difícil, no sé si se volverá a repetir". Y es que Xabi le ha aportado alrededor de 1,5 millones de euros al club en el que empezó. Y eso se lo debe agradecer a su padre, Periko Alonso. "Si se hubiera ido en infantiles no cobramos tanto. Xabi siempre era querido, pero el Antiguoko le ofrecía la misma competición que la Real y Periko decía que al tener menos entrenamientos tenía más tiempo para estudiar", explica Pitu, que desvela los colores de Xabi de pequeño: "Yo soy del Madrid y cuando le entrenaba él era culé por su padre y había piques. Yo le decía: 'Xabi, si mañana viene el Madrid a ficharte, te vas a la capital'. Y me contestaba: '¡Ni hablar!'. De broma, claro".