El partido se inició de igual a igual, con ambos conjuntos intentando dominar el esférico y con alguna llegada de peligro, aunque la inicativa local no fue más que un espejismo de los instantes iniciales. Campano dio primero para los locales con un disparo seco que salió lamiendo el palo. Acto seguido fue Cazorla quien, en jugada personal, estuvo a punto de marcar. Pero el primer tanto visitante no tardaría en llegar, tras una buena contra de los de Valverde que Rossi se encargó de culminar con un disparo colocado que no pudo atajar Rubén.

El Villarreal, muy superior, siguió apretando, y nuevamente Cazorla puso a prueba al portero local con un disparo lejano. Los visitantes triangulaban a placer con un Bruno muy activo y un Santi Cazorla realmente explosivo que manejaba las acciones ofensivas. De hecho, él mismo se encargó de marcar el segundo, tras una jugada marca de la casa. El asturiano hizo la diagonal para soltar un derechazo perfecto que se coló en la puerta del Nàstic.

El acoso visitante continuó incesante y Rossi pudo hacer el tercero tras un lanzamiento de falta que Rubén envió a córner. El balón era del Villarreal, y el Nàstic se limitaba a defenderse como gato panza arriba, aunque con el 0-2 el equipo de Valverde se fue relajando y el partido perdió intensidad, hasta el punto de hacerse soporífero.

La segunda mitad fue un calco en el inicio, con el Villarreal dominando claramente, y llegando con asiduidad a la puerta contraria. Nilmar lo intentó a los cuatro minutos tras un buen pase de Senna. El Nàstic no inquietó a Diego López hasta pasado el cuarto de hora, aunque sin demasiado peligro.

El carrusel de cambios en ambos conjuntos sirvió para que el partido se rompiera y los locales tuvieran algo más de presencia sobre el terreno de juego. El equipo de Valverde empezó a sufrir más de la cuenta y se vio desbordado por un Nàstic que se limitaba a pegar pelotazos arriba, buscando a Rubén Navarro. Aún así, con más ímpetu que fútbol, los locales consiguieron desconectar al Villarreal.

El primer disparo entre palos del Nàstic llegó pasada la media hora, con un tiro de Cruz que detuvo Diego López. Instantes después lo intentó Rubén Navarro enviando por encima del larguero. Pero una vez más el Villarreal impuso su calidad e Ibagaza aprovechó el agujero en la defensa local para asistir a Fuster, que no perdonó y marcó el tercer y definitivo gol.