Diego Costa amenaza la puesta de largo del Celta

Diego Costa volverá a campar por Balaídos. La afición celeste tendrá la oportunidad de ver esta noche ese talento en estado puro que atesora el brasileño y que dejó a cuentagotas en el año que vistió la elástica gallega. Diego es capaz de marcar un gol driblando desde el mediocampo a cuantos rivales se le ponían delante (Lo hizo en un Numancia-Celta). No es lo único que sabe hacer. También puede patear la cabeza de Weligton y decir después: "Se lo merecía. Si es una niña, que se dedique al voleibol". (Lo hizo en un Málaga-Celta). Ése, por desgracia, también es Diego.

Vuelve el ahora delantero del Valladolid por primera vez al estadio vigués, porque el año pasado, cuando jugó el Albacete en Balaídos, el susodicho estaba sancionado. Le había repetido tres veces seguidas al árbitro que su madre era una mujer de mal vivir. Lógicamente, le cayeron una ristra de partidos. Y se quejó. Le parecía demasiado castigo. Lo dicho: genio y figura.

Histórico pucelano.

El regreso de Costa a Vigo, no obstante, no es el único aliciente de este Trofeo Memorial Quinocho (en honor de un antiguo gerente del Celta, que murió apuñalado por unos atracadores en las oficinas del club en 1988). Será también la puesta de largo del nuevo Celta de Eusebio. Antes del encuentro habrá un acto de presentación del primer equipo vigués y sus categorías inferiores.

El entrenador de La Seca, todo un histórico del equipo pucelano, se enfrenta por primera vez al Valladolid como cabeza de un banquillo profesional. Para ello, contará con un equipo muy renovado. Multitud de ex del Salamanca han llegado a Vigo (desde el director deportivo, Miguel Torrecilla, a los futbolistas Catalá, Botelho, Bustos, López Garai y Vasco) y, además, los jóvenes de la cantera de A Madroa están pegando fuerte.

Enfrente tendrán su primera prueba de fuego. El Celta se ha marcado el partido ante el Valladolid como una auténtica reválida, después de los flojos resultados de los primeros encuentros de pretemporada. Los blanquivioletas han aprobado con nota su gira por tierras británicas y se plantan en Balaídos esperando que se note la diferencia de categoría. Esta noche en Vigo toca ver un duelo clásico de Primera.